La primera noche de la versión 39 del Festival Internacional Cervantino se iniciará con el concierto que ofrecerá la Orquesta de Jazz de Estocolmo, Suecia, considerada una de las 10 mejores big bands del mundo por el talento que agrupa, pues está integrada, en buena parte, por reconocidos solistas, quienes a su vez tienen su propio ensamble.

Se trata de una big band con 18 integrantes que se aleja del concepto tradicional de estas orquestas, cuya potente sonoridad –sin menoscabo alguno– amenizaban los salones de baile.

La Orquesta de Jazz de Estocolmo conserva una herencia histórica que viene de músicos como el estadunidense Thad Jones (1923-1986), quien radicó en Suecia en los años 70 del siglo pasado.

No obstante, esta agrupación, por el tipo de arreglos que ejecuta, se inscribe como una gran banda de jazz moderno. Por describirlo de alguna manera, “es un sonido más etéreo y profundo, con momentos de free jazz y sin tanta tradición negra blusera”.

Singulares armonías modales

De acuerdo con el músico mexicano Eugenio Elías, los que tengan oportunidad de apreciar el trabajo jazzístico de esta banda, podrán disfrutar de singulares armonías modales, las cuales permiten ampliar las posibilidades de tránsito por escalas, a partir de alguna nota predeterminada, en lugar de la tradicional secuencia lineal de acordes.

Una referencia de la armonía modal, cita Elías, es Kind of Blue, de Miles Davies, o Impression, de John Coltrane.

Para tener una idea de la influencia, la herencia y el semillero de músicos de jazz que tiene el país escandinavo, destacó Elías, algunos de los mejores discos de Miles Davis en vivo, fueron grabados en Suecia.

Diálogo e intercambio lúdicos

Antes del concierto de inauguración del FIC, en un ensayo de la Orquesta de Jazz de Estocolmo en el Centro Cultural Ollin Yoliztli de la ciudad de México, al que tuvo acceso La Jornada, se aprecia el singular trabajo de coordinación entre cada uno de los intérpretes y solistas de la agrupación, fundada y encabezada por el trompetista Fredik Norén.

La dinámica del ensayo se distingue por el trabajo en conjunto y por la manera divertida, lúdica, como lo llevan a cabo. Aunque Norén como director da pauta o señala si el ritmo o los tiempos son los adecuados, o si se tiene que imprimir más sentimiento a la interpretación, o marca los momentos en que el ritmo debe ser más cool, más soft o más sincopado, los solistas lo mismo proponen que dialogan e intercambian pareceres o ideas.

Algo que también distingue a esta banda con 25 años de trayectoria y por la que han transitado solistas como Bob Mintzer, Bob Brookmeyer, Mel Lewis, Hermeto Pascoal, Joe Lovano y Susana Rinaldi, entre otros, es que la orquesta interpreta música original compuesta por sus integrantes, como será el caso de dos piezas del saxofonista Karl Martin.

Luego de más de dos horas de ensayo, en charla con La Jornada, Norén y Martin explican que todos los músicos son responsable del sonido que distingue a la agrupación y que por ello tocar juntos se vuelve muy divertido.

En realidad, a diferencia de la potencia con la que tocaban las big bands de antaño, expresa Norén, “nosotros no tocamos demasiado fuerte. El sonido básico es de hecho más bajito, nadie toca demasiado fuerte; esto tiene que ver mucho con el esfuerzo de encontrar un sonido conjunto.

Todos están muy conscientes de que haya un ritmo y todos escuchan a los demás muy atentamente, que el fraseo musical sea de la misma manera. Nuestro propósito consiste en escucharnos como si fuéramos una banda menos grande, un cuarteto o un quinteto, pero sabemos que somos muchos.

Esperamos, concluyó Norén, que al escucharnos el público tenga un oído muy grande y muy atento.

De acuerdo con la programación, entre los invitados especiales de la Orquesta de Jazz de Estocolmo se encuentran los solistas Jukkis Outila, pianista y compositor finlandés, y el saxofonista sueco Frode Nymo.

Además, se integrará a la banda el percusionista mexicano Rafael Sida Huízar y el trompetista argentino Gustavo Bergalli.

La cita es hoy, a las 20 horas, en la explanada de la Alhóndiga de Granaditas, en Guanajuato.