La ciudad de Saltillo, Coahuila, se paralizó ayer de las 7:15 a las 11 horas, debido a seis enfrentamientos entre pistoleros y fuerzas policiacas y militares, que causaron pánico en escuelas del norte de la localidad, mientras comerciantes del centro no abrieron sus negocios y transportistas del servicio urbano suspendieron actividades.

La Fiscalía General del Estado (FGE) de Coahuila informó que sólo una persona murió en las refriegas –sin precisar si era parte del grupo de presuntos delincuentes– y otras ocho resultaron heridas, cinco civiles y tres policías.

El alcalde Jericó Abramo Masso y el titular de la FGE, Jesús Torres Charles, pidieron por la radio a los ciudadanos no salir de sus casas.

Alumnos de prescolar, primaria, secundaria y bachillerato se pusieron pecho a tierra en medio de los salones de clase; los padres que acababan de dejar a sus hijos fueron concentrados en las oficinas administrativas de los colegios.

Para tranquilizar a los alumnos y resguardarlos de balas perdidas, maestras del liceo Freinet pidieron a los niños jugar a los gatitos y mantenerse en silencio, contó una madre de familia. Otras escuelas resguardaron a los estudiantes en aulas y auditorios.

En cuanto se desataron las balaceras, numerosos ciudadanos alertaron por las redes sociales sobre lo sucedido. Incluso difundieron fotografías de vehículos dañados. Otros pedían información o criticaban a los gobiernos federal, estatal y municipal por lo acontecido.

En declaraciones a noticiarios de la radio local, Torres Charles dio detalles sobre las refriegas.

En Torreón, casi a la medianoche del martes dos hombres fueron asesinados y otros dos quedaron lesionados luego de un tiroteo entre bandas rivales.

Y la tarde de este miércoles, en un deshuesadero y lote de autos tres sujetos fueron ejecutados a balazos. Casi a la misma hora fue encontrado el cuerpo de un varón.

Por otra parte, ayer se reportaron otras 33 muertes vinculadas con el crimen organizado en seis entidades.

La Fiscalía General de Chi-huahua dio cuenta de 18 ejecuciones, entre ellas las de seis hombres acribillados por un comando en la capital del estado. Los otros 12 homicidios en la entidad fueron perpetrados en Ciudad Juárez, entre ellos los de tres agentes antiextorsiones.

Otras ocho personas fueron ultimadas en Sinaloa (entre ellas un comandante de la policía de Navolato, José Luis Ángulo), tres en Nuevo León (dos abatidas por militares), una en Baja California y otra en el estado de México, mientras en Jalisco se descubrieron los cadáveres de dos jóvenes en una fosa.