Ante las fallas y percances continuos en la nueva sede del Senado, la directiva de ese órgano legislativo analiza interponer acciones penales contra las empresas responsables de la construcción y el equipamiento del edificio de Reforma e Insurgentes.

Ayer, por ejemplo, se cayó un automóvil de la rampa del elevador que iba a colocarlo en el segundo piso del estacionamiento ubicado en el sótano tres del inmueble. El vehículo, un Chevy color plateado, propiedad de una asistente del senador Melquiades Morales, quedó suspendido de las ruedas traseras, y aunque golpeó las instalaciones del aire acondicionado, no hubo mayores afectaciones.

Dicho sistema de elevadores, cuyo propósito es que haya dos pisos en cada uno de los tres estacionamientos, con miras a contar con el doble de cajones, no ha funcionado bien, ya que los vehículos grandes no caben. Los pequeños, como el Chevy ayer accidentado, sí, aunque pueden deslizarse de la plataforma y volar por los aires.

Son tales los desperfectos y descomposturas en el audio y los sistemas electrónicos de votación del pleno, así como del aire acondicionado, que la directiva del Senado se ha negado a recibir formalmente las instalaciones, comentó Fernando Castro Trenti, ex presidente de la Comisión de Administración.

Las quejas van dirigidas, sobre todo, a la constructora Gami y a la empresa española Indra, responsable esta última del equipamiento. El senador panista César Leal dijo que no entiende por qué se concesionó a esa compañía ibérica la operación del aire acondicionado. La semana pasada se quejó de que en el salón de sesiones el aire tiene altibajos, y en la fila en que se sientan él y otros panistas prácticamente congela. Advirtió que si la compañía responsable no puede arreglarlo, lo hará él, que además de la carrera de diplomático tiene la de ingeniero industrial.

El problema es que dicho sistema se opera de manera centralizada y la mayor parte de las veces no es posible regularlo. Un día antes, en la sala de prensa, en lugar de aire frío salía caliente, y en todo el día el personal de Indra no pudo arreglar la falla, y esa área, ubicada en el sótano dos, se convirtió en un baño sauna.

En su página de Internet, Indra se presenta como compañía global de tecnología, innovación y talento, con oficinas en 30 países, entre ellos México, que tuvo el año pasado ventas por 2 mil 557 millones de euros. Sostiene que a través de la combinación de la electrónica, las comunicaciones y las tecnologías de la información, nuestras soluciones añaden inteligencia a diferentes infraestructuras.