El Premio Nobel 1989 ofreció la charla magistral El mundo del ARN y el origen de la vida
El científico canadiense junto con Thomas R. Cech demostraron que el ácido ribonucleico contiene la información básica de los organismos
El hallazgo cambió para siempre el tema de la evolución y los métodos de combate a ciertas enfermedades, señaló Antonio Lazcano, de la Facultad de Ciencias
Sábado 15 de octubre de 2011, p. 2
En el origen de la vida en la Tierra la clave estuvo siempre en un compuesto que por muchos años se creyó menos importante que otros, pero sin el cual tal vez no hubiera habido transición a formas de existencia más sofisticadas y estables: el ácido ribonucleico (ARN).
El científico que llegó a esta conclusión, rompiendo así el dogma central que había dominado la biología molecular desde 1958, fue Sydney Altman, quien junto con su colega Thomas R. Cech ganó el Premio Nobel de Química en 1989, por demostrar que este compuesto es el soporte químico de la herencia.
El especialista canadiense ofreció ayer una conferencia magistral en la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), con el título El mundo del ARN y el origen de la vida, en la que explicó, a grandes rasgos, algunos de los puntos de su hallazgo, considerado toda una revolución en el terreno de la bioquímica.
De forma sencilla, incluso con sentido del humor, Altman explicó que en la reproducción de los seres vivos el ARN juega un papel fundamental, ya que sirve al mismo tiempo como contenedor de la información básica de cada organismo y como vía para hacer que las proteínas pongan en marcha la catálisis reproductiva, cuando antes se pensaba que era un simple intermediario en dicha transformación.
Durante su encuentro con estudiantes de la UNAM, el Nobel de Química explicó que hace unos 3.8 billones de años, el ARN fue el elemento que contuvo los rasgos básicos de las primeras formas de vida, y las preservó hasta que pudieron evolucionar a esquemas mucho más estables y sofisticados, como el ácido desoxirribonucleico (ADN), unos 200 millones de años más tarde.
En ese primigenio mundo ARN
se sentaron las bases de la vida en el planeta tal como la conocemos, ya que a partir de él se hicieron posibles millones de combinaciones genéticas después.
Altman hizo también un breve recorrido histórico por la forma mediante la cual los seres vivos fueron apropiándose de los océanos y el cielo, cuya naturaleza empezó a cambiar hace aproximadamente 2.5 billones de años, cuando incorporó en su composición química mucho más oxígeno.
En el tema del surgimiento de la vida, recordó, hay hipótesis que señalan que algunos de los compuestos fundamentales para ello no se encontraban originalmente en este planeta, sino que tal vez provenían de otro lugar del universo, por lo que probablemente llegaron en algún meteorito.
El biólogo Antonio Lazcano, uno de los promotores de la visita de Altman a la máxima casa de estudios y director del departamento de origen de la vida de la Facultad de Ciencias, señaló en entrevista aparte que los descubrimientos del Nobel cambiaron para siempre el tema de la evolución, pero también los métodos de combate a ciertas enfermedades.
Durante mucho tiempo, la cuestión del origen de la vida nos agobiaba, porque no sabíamos cómo se habían dado las funciones de la herencia y de la catálisis como método para la replicación del material genético
, explicó.
No fue hasta que Altman y Cech descubrieron que había un elemento al que siempre se consideraba el patito feo de la biología molecular, el ARN, que comprendimos que éste podía almacenar información genética y al mismo tiempo efectuar la catálisis
.
Tal descubrimiento, indicó, tuvo consecuencias espectaculares
, no sólo desde el punto de vista teórico al resolver el problema del origen de la vida, sino porque facilitó el entendimiento de cómo se desarrollan ciertas proteínas, lo que a su vez permite combatir males como el cáncer.