El autor británico se presenta en el festival Poesía en Voz Alta, en Casa del Lago
Es un oasis en un mundo cambiante, saturado de información y lleno de oportunidades para comunicarse, dice
Tener lectores legitima y permite seguir adelante con la escritura
Sábado 15 de octubre de 2011, p. 3
La poesía parece ser algo difícil de matar. No es una sustancia sintética, manufacturada o comercial; es escrita por una persona que dice lo que realmente piensa y lo que tiene significado para él. Por eso siempre será valiosa
, dice el escritor, ensayista y catedrático Simon Armitage, quien hoy se presenta en el festival Poesía en Voz Alta, con otra de sus facetas: la de poeta.
Armitage es uno de los poetas más reconocidos en Gran Bretaña y el año pasado recibió el grado de comendador de la Orden del Imperio Británico. Entre sus libros de poesía figuran Tiranosaurius Rex contra el pequeño Corduroy Kid y Mirando las estrellas, volumen este último que leerá en la Casa del Lago a las 19 horas. También tiene una banda The Scaremongers, Los Alarmistas y su trabajo literario se ramifica hacia la televisión, el cine y el radio.
Esta es la segunda ocasión que el escritor británico visita nuestro país. La primera ocurrió hace 10 años. Vivo en un pueblo pequeño, de colinas, en West Yorkshire, por eso es casi imposible para mí comprender el tamaño de esta ciudad; es difícil entender cómo todo encaja, es muy emocionante. Este viernes me desperté muy temprano y estuve caminando, vi el amanecer, y fue maravilloso ver cómo la ciudad volvía a la vida. Pero parece ser infinita
, dice en entrevista el autor de las novelas La cosa blanca y El pequeño hombre verde.
Descubrir algo poderoso e íntimo
En el caso de Armitage la poesía fue primero que la novela y los libros de no ficción. “La poesía fue lo que me interesó en la escuela. Fui un estudiante tímido, no estaba interesado en el mundo y éste no estaba interesado en mí. Descubrí la poesía y lo poderoso, íntimo e intenso que puede ser y supe que deseaba continuar leyéndola. No sabía necesariamente que quería escribirla. Se convirtió en una especie de pasatiempo, después una pasión, una satisfacción y eventualmente supongo que se podría decir: una profesión.
No sé si decir profesión sea correcto, es más bien una forma de vida, pero no se puede escribir poesía todos los días, es demasiado intenso, y a veces no estás en el humor correcto. Yo tenía la urgencia de trabajar con el lenguaje y eso me llevó a la prosa, la ficción, no ficción, teatro, trabajo en todos esos medios.
–El mundo no se interesaba en usted, pero ahora es al contrario.
–Es una idea interesante, pero sólo ocasionalmente cruza por mi mente. Te despiertas en un hotel de la ciudad de México y piensas, ¿cómo pasó esto?
Yo escribo pequeños poemas, no llegan a los bordes de las páginas ni al final de la página, son pequeñas piezas de cosas, sueños despiertos, pero se convierte en pasaporte para mí, un vehículo para viajar.
Cuando escribes es importante mantenerte a ti mismo para ti mismo. Donde vivo en Inglaterra es parte de eso, está apartado de lo que ocurre en el resto del país, y necesitas recordar como poeta que es una cuestión de concentración, pasar tiempo con tus pensamientos, concentrarte en el trabajo y no distraerte con el puesto que ocupas en la lista mundial de los poetas o tu imagen.
En esta época de cambios y de información, de comunicación instantánea, la poesía es el lugar al que la gente va para tener un momento de contemplación. Siempre ha sido así, es algo fuera de lo cotidiano, es una alternativa. Ahora, como siempre, la poesía tiene una relevancia particular en estos días, vivimos en un mundo rápido y cambiante, incierto, lleno de información, lleno de oportunidades de comunicación, y hay más distracciones de las que podrías desear, y la poesía es una especie de oasis. Es tomarse tiempo fuera de ese ruido y creo que las personas todavía lo necesitan, lo quieren y lo buscan
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Siempre se es un aprendiz
–¿Eso se aplica para toda la literatura en general?
–Sí, es en general. Existen muchos tipos de literatura y algunos son parte de ese ruido que nos rodea todos los días, inclusive en la poesía. Hay algunas clases de este género que son parte del espectáculo que vivimos.
Traductor de poesía medieval –terminó de traducir un poema del siglo XIII acerca del rey Arturo, que se publicará este año– Armitage dice que le gusta la idea de que eres un poeta cuando otra persona dice que lo dice. Cualquiera puede ir por el mundo llamándose poeta, muchos lo hacen, es un título atractivo para escribir en tu pasaporte o en tu visa; las personas te toman interés, pero es cuando otros creen en ti y en tu trabajo: tener lectores de poesía te legitima y te permite seguir adelante con tu escritura
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Y la preocupación principal es seguir escribiendo. No darlo por hecho. Siempre tratar de recordar que nunca logras lo que quieres, que eres un aprendiz. Que siempre hay lugar para mejorar. Se siente a veces que tratas de escalar el monte Everest con un pedazo de cuerda y una escalera pequeña, pero creo que sabes que estás haciendo lo correcto cuando te sientas a escribir y sientes emoción. No es el producto, no es la publicación, no es el libro o las lecturas, sino la relación entre tú y el lenguaje cuando escribes un poema. Y con eso te das cuenta de que sigues vivo
.
Después de la lectura de poesía de Simon Armitage, el festival de Poesía en Voz Alta proseguirá el jueves 20 con El sonido y la palabra/Silencio, con Juan Carlos Garvayo y Pedro María Sánchez, inspirado en la obra de John Cage y San Juan de la Cruz; y la poesía electrónica de Morten Sondergaard, el viernes 21, a las 19 horas.