Mogadiscio, 17 de octubre. Las tropas kenianas se adentraron hoy aún más en el sur del territorio somalí para combatir a los rebeldes shebab, a quienes Nairobi responsabiliza de los recientes secuestros de extranjeros en su territorio, si bien los islámicos han desmentido toda implicación en los plagios.

En la provincia somalí de Baja Juba, testigos divisaron tropas kenianas respaldadas por efectivos del gobierno somalí de transición y milicias locales, cerca de la ciudad de Qoqani. La localidad, situada a unos 45 kilómetros de la frontera, era un bastión de los shebab.

El ministro de Exteriores de Kenia, Moses Masika Wetangula, dijo que el avance militar responde a un pedido del gobierno somalí, pero Kenia actúa también por su propio interés. Shebab es un grupo que extiende el terror y el caos y comete asesinatos y secuestros, tanto entre somalíes como entre kenianos y visitantes.

Los shebab amenazaron con actos de represalia en territorio de Kenia si el gobierno de Nairobi no pone fin a la intervención.

Las fuerzas kenianas penetraron unos cien kilómetros en territorio somalí y, en algunos casos, sus aviones militares bombardearon Somalia, denunció el vocero shebab Alí Mohamed Rage.

Si siguen así lo van a lamentar y sufrirán las consecuencias en su propia casa, dijo el portavoz.

Además, los islámicos desmintieron estar detrás de los recientes secuestros de extranjeros en Kenia.

Las acusaciones der las autoridades de Kenia sobre los recientes secuestros son, en el mejor de los casos, infundadas. De ninguna manera son atribuibles a los shebab, insistió el grupo.

La operación se produce luego que dos empleadas españolas de Médicos Sin Fronteras (MSF), Montserrat Serra y Blanca Thiebaut, fueron secuestradas el pasado jueves en los campamentos de refugiados de Dadaab, en el este de Kenia, a un centenar de kilómetros de la frontera somalí.

Los campamentos de Dadaab fueron creados en 1991 y habían sido previstos para 90 mil refugiados; sin embargo alojan actualmente unos 450 mil y son los mayores del mundo.

Somalia, país sin ley ni gobierno efectivo, está sumido desde 1991 en una serie de episodios de enfrentamientos civiles, lo que permite el florecimiento de la piratería, las milicias armadas y los rebeldes extremistas.

Los shebab, vinculados a la red Al Qaeda, controlan buena parte del sur de Somalia.

Nairobi los acusa de estar detrás de numerosos secuestros, pero hasta ahora ninguno fue reivindicado por el grupo.

El pasado 11 de septiembre la turista británica Judith Tebbutt, fue plagiada, y el 1º de octubre le ocurrió lo mismo a la francesa Marie Dedieu. Las autoridades kenianas creen que todas estas mujeres fueron llevadas a Somalia.