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Guerra de insultos entre Fernández Noroña y Leoncio Morán

Sainete en San Lázaro motiva la suspensión de los trabajos
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Guerra de insultos entre Gerardo Fernández Noroña, del Partido del Trabajo, y el panista Leoncio Morán. En medio de ellos, en funciones de réferi, Jorge Carlos Ramírez Marín, del PRIFoto Francisco Olvera
 
Periódico La Jornada
Miércoles 19 de octubre de 2011, p. 10

La presidencia de la Cámara de Diputados suspendió por tercera ocasión consecutiva una sesión ordinaria por falta de quórum y a raíz de un enfrentamiento verbal entre diputados de PAN y PT, lo que exhibió una notable descomposición en la cámara.

El espectáculo –calificado por algunos diputados de deleznable– fue protagonizado por el petista Gerardo Fernández Noroña, quien acusó al panista Leoncio Morán de asesino, cobarde y misógino. Los señalamientos se vertieron cuando Morán no se encontraba en el salón de plenos, pero horas después, cuando acudió a ese lugar, le devolvió los insultos, sólo que ahora dirigidos a la ayudante del petista.

Fernández Noroña hizo mofa de la doble moral del PAN, porque en 1994 Morán atropelló a una persona, la dejó herida de muerte, la abandonó y él sigue impune.

Morán solicitó la palabra al presidente de la mesa directiva, Emilio Chuayffet (PRI), y respondió al petista acusándolo de mentir sobre un asunto que ocurrió hace 15 años. Incluso sostuvo que ese legislador (Fernández Noroña) anda ofreciendo con un moñito a su asistente o lo que sea a todo el diputado que se le ponga enfrente.

Al observar que la sesión escalaba en el escándalo y el desaseo en la relación entre diputados, Chuayffet optó por terminarla aprovechando que en el pleno se encontraban sólo 190 legisladores presentes.

Gerardo Fernández Noroña –quien introdujo al salón de plenos un aparato de sonido con un micrófono, como en el mercado– comenzó a acusar a Morán de asesino, canalla, misógino, cobarde, y cuando el panista bajó de su curul decidido a confrontarlo, aquél se quedó detrás de Jorge Carlos Ramírez Marín.

Diputados de todos los partidos hicieron un tumulto al pie de la tribuna, mientras el petista señalaba enfurecido con el dedo índice a Morán y repetía las acusaciones. A pocos metros diputadas del PRI arengaban: “Si son tan hombres, sálganse y resuelvan sus problemas afuera; aquí sólo dan un escándalo lamentable que nos desprestigia a todos y ni siquiera se tocan con el pétalo de una rosa…”

El escándalo subió y Ramírez Marín reprochaba el trato indigno contra las mujeres, pero aceptaba que la descomposición en San Lázaro ha convertido a esta Cámara de Diputados en un deleznable lavadero.