Cuando Miguel Ríos suena… es que rock lleva. Los 50 años de rocanrolero pesan como fardo a Miguel Ríos, músico español que ayer reiteró su decisión de retirarse de los escenarios, por causas confesables e inconfesbles, dijo en conferencia de prensa en El Plaza Condesa, donde se despedirá de su público del Distrito Federal.

Con 40 discos grabados en su carrera, Ríos recordó aquel día de 1988, cuando ofreció uno de los mejores conciertos de rock de que se tengan memoria en este país, en la Monumental Plaza México, luego de una tormenta que creó una atmósfera de incertidumbre, porque en esos días todo era cables y nada de inalámbricos; luego, ante un público que resistió la empapada, Miguel supo leer ese panorama de torsos desnudos. Y dio un concierto cinco estrellas.

Otros conciertos en el Distrito Federal no fueron tan excelsos. Incluso no logró prender al público reunido en el Zócalo capitalino. ¿Qué os pasa? ¡Éste no es el México que conozco!, gritó desesperado. Pero ha habido más miel que hiel.

Ayer, con sus típicos pantalones de mezclilla y lentes oscuros, dijo: Vengo de dar un concierto en Durango; sobrevolamos la ciudad de México en el ocaso, con una raya naranja en el horizonte. Era infinita. Desde arriba, la urbe le pareció una alfombra, un tesoro con piedras preciosas. Recordé una frase de Carlos Fuentes, donde define a la ciudad como imposible de abarcar. En esta cita de despedida me voy a llevar las miles de caras agolpadas ante mis ojos en los conciertos.

–¿Por qué te vas?

–Ante la pregunta, comenzó  a cantar una balada escrita por José Luis Perales. Provocó risas.

–La verdad, hay razones confesables y otras inconfesables. Con relación a los escenarios, las razones tienen que ver con la idea que tengo de lo que debo ser y hacer ahí. No estoy mal ahora y puedo hacerlo bien… pero dentro de unos años no quiero dar un espectáculo del que se tenga un triste recuerdo.

“No hay miedo a nada. No estoy abrazado al narcotismo del aplauso. Entiendo que es una decisión personal, de alguien con 67 años. Para desarrollar la energía que requiere el rock se necesita una capacidad infinita. La tengo todavía y espero que así sea en los conciertos que vamos a dar. No en balde esta gira se llama Rock hasta el final, que se refiere a la forma que escogí hace 50 años para expresarme, para comunicarme con los seres humanos, con mis semejantes, y no quiero perder el estilo. Tampoco quiero llegar a ser un rocanrruco.”

Actualmente promociona el disco Bye bye Ríos, Rock hasta el final. Dio otra definición de sí: “No soy el inventor de esto. Tan sólo soy uno más de los propagandistas de la fe roquera. No soy mucho de eso de las redes sociales, sino más del cara a cara. No tengo cuenta de Twitter, me siento más cerca de Gutenberg.

En la imagen, el intérprete español durante la conferencia de prensa que ofreció en el recinto de la calle Juan Escutia 4, en la colonia CondesaFoto Ap

“Aclaro: no es tan fácil cortar con esta adicción tan profunda. Mi intención es hacerme un poco más amateur, que es, en términos franceses, un amante. Voy a poner mi voz al servicio de los que no tienen voz, en conciertos solidarios. Ya no voy a hacer conciertos como el que voy a dar en esta sala, pero quizás esté en algunos acústicos. Pronto haré una presentación en Madrid para la Asociación Nacional de Ciegos y luego para el Movimiento de los Sin Techo. Será una relación con la sociedad más tranquila, más acústica.”

Phil Collins también anunció hace tiempo su retiro, pero él por causas físicas. No obstante, la circunstancia hace decir a Ríos que “el rock ha perdido influencia en la sociedad. Todo ha cambiado y la gente joven ya está haciendo sus cosas; el movimiento 15-M mentará la madre y no cantará mi tema Serás mía. Digamos: ya no soy materia para los que vienen.”

El mundo está hecho polvo

Se negó a decir cuál es su canción preferida, pero citó con cariño una que no fue muy famosa: Una oración, hecha contra la guerra contra Irak. “Es una oración laica en la que me siento plenamente identificado. Hoy el mundo está hecho polvo. Charly García escribió una canción que sigo cantando, contra la junta de los generales. Había un grupo llamado La Triple A, que asesinaba. Hoy la Triple A es la que da la acreditación a los países, pero tiene la misma carga mortífera, ésa que criticaba Charly. Hoy el mercado es el paradigma y está antes que el ser humano, el cual se ha quedado relegado.

En mi país, el régimen de Zapatero ha votado por un déficit según el cual no puede ser menor de 3 por ciento, no importa si la gente come o no. Se ha puesto el gobierno por delante de los gobernados, y no: el ser humano es, debe de ser, primero. Ahora es el pagano de todos los platos rotos. El 15-M pide ¡democracia real, ya! Nosotros estamos en una suerte de democracia muy imperfecta. Casi nunca se cumple el contrato del que vota por el que ofrece esto o aquello. El voto queda cautivo y ya no sirve para nada. La gente joven es la que lo tiene difícil ahora. No hay futuro, y la gente se ha dado cuenta de eso.

Miguel Ríos se presentará el 27 de octubre en el Auditorio Nacional y el 28 en El Plaza Condesa; el domingo en la Alhóndiga de Granaditas, en Guanajuato, en la 39 edición del Festival Internacional Cervantino (FIC).