El petróleo es un símbolo de identidad nacional, por lo que Pemex debe seguir siendo una entidad pública con la inversión económica suficiente que le ayude a estimular su potencial, advierte el documento que la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) presentó tras el debate organizado sobre el tema a propósito de la reforma energética de 2008.

El trabajo –que se entregó al Senado en su momento– señala que si bien es necesaria una reforma en la materia, ésta no debe darse a cualquier precio, a costa de la división de los mexicanos o en beneficio de unos cuantos, sino de las mayorías.

Ante la reciente propuesta del aspirante a la candidatura presidencial por el PRI, Enrique Peña Nieto, en el sentido de que se abra Petróleos Mexicanos (Pemex) a la iniciativa privada, La Jornada se dio a la tarea de revisar las conclusiones de dicho encuentro, que se desarrolló en 36 mesas de trabajo entre el 23 y el 27 de junio de 2008, donde participaron más de 150 expertos convocados por la máxima casa de estudios.

El 16 de julio de aquel año, el rector José Narro Robles entregó al Senado un compendio de las discusiones del foro, así como del material histórico generado en ese ámbito en la Universidad.

Durante un encuentro con los legisladores, Narro señaló que a nadie conviene que la situación del país continúe como hasta ahora en materia energética y de manejo de hidrocarburos, pero la reforma no debe ocurrir a cualquier precio, ni a costa de la división de los mexicanos. Reforma sí, pero para beneficiar a la mayoría y no para beneficio de algunos cuantos.

En ese debate, el escritor y diplomático Enrique González Pedrero advirtió que privatizar a México es negociarlo.

Fabio Barbosa Cano, especialista del Instituto de Investigaciones Económicas, indicó que la principal carencia de Pemex no es geológica ni de ingeniería, sino de falta de inversión por parte del gobierno.

Raúl Carrancá, maestro emérito de la Facultad de Derecho, puntualizó que aunque se alegue que el objetivo de la privatización de la empresa es salvarla de la insolvencia, el principal obstáculo para ello es de orden constitucional.

Adolfo Gilly, profesor de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, aseveró que el petróleo no es una simple propiedad, es patrimonio de la nación y de su pueblo; no es un mineral inerte.