El ex presidente de Brasil fue galardonado con el premio Amalia Solórzano de Cárdenas 2011
gobernante que no sueña, no transmite esperanzaFoto José Antonio López
Miércoles 26 de octubre de 2011, p. 12
Luiz Inacio Lula da Silva, ex presidente de Brasil, recibió anoche el premio Amalia Solórzano de Cárdenas 2011, otorgado por su aportación a la justicia, democracia, solidaridad y respeto entre los pueblos.
Al recibir el galardón dijo que la prioridad de la región es acelerar la integración de sus naciones a partir del lugar que le corresponde por derecho y por deber en la economía mundial
.
En la ceremonia realizada en el Palacio de Minería, Lula recordó el espíritu solidario y humanista de Amalia Solórzano, esposa del ex presidente Lázaro Cárdenas del Río, especialmente por bastiones de la empresa petrolera mexicana, y se dijo honrado por la distinción recibida de manos de Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano.
Gobernante que no sueña, no transmite esperanza
, expresó el ex mandatario brasileño en un salón colmado por políticos, académicos y otros luchadores sociales que, en diferentes latitudes, compartieron la misma lucha contra los regímenes autoritarios y en favor de los procesos de democratización en México y Brasil.
Hay gobernantes que sólo actúan a partir de cálculos o pragmatismos rastreros y nunca con el sentimiento. Hay gobernantes que sólo creen en las estadísticas inmediatas y no ven o no quieren ver que detrás de cada número hay una mujer, un hombre, un niño, un jubilado, en suma, un ser humano que merece respeto
, dijo quien gobernó Brasil por ocho años (2003-2010), tras una larga lucha social y política desde sus inicios como obrero metalúrgico, líder sindical y cuatro veces candidato a la presidencia de la República.
Lula es reconocido, especialmente en ocasión de este reconocimiento otorgado por el Centro Lázaro Cárdenas-Amalia Solórzano, como pieza fundamental del desarrollo sin precedente de Brasil, pero sobre todo porque hizo posible el desarrollo económico, a nivel de constituirse en una potencia mundial, sin dar la espalda a su pueblo.
El también promotor y protagonista de un modelo de izquierda social, moderna y madura, eficiente para abatir los niveles de pobreza y de tomar su lugar en el escenario mundial.
La designación del ex presidente para este premio corrió a cargo de un comité de selección integrado por un mosaico de personalidades nacionales y del extranjero como José Narro, rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM); Adolfo Gilly, luchador social; el ex presidente de Uruguay, Tabaré Vázquez, y el cantante Joan Manuel Serrat, por citar algunos, que a la vez integran el cuerpo consultivo del centro que enaltece al ex presidente Cárdenas y a su esposa.
Lula calificó a Solórzano como una de las mujeres ejemplares de América Latina y dijo que debemos ser unidos y valientes como la pareja Cárdenas para hacer realidad los cimientos del desarrollo.
En el salón se hallaban también Marcelo Ebrard, jefe de Gobierno capitalino; Leonel Godoy, gobernador de Michoacán; Lidya Cacho, periodista; la directora del IPN, Yoloxóchitl Bustamante; Salvador Jara, rector de la Universidad Michoacana, entre muchos más que felicitaron al político brasileño porque, dijo Cacho, sabe que dirigir un país no es tarea de popularidad, sino de transformación social progresista.
Lula agradeció ampliamente y dijo que el reconocimiento no es sólo para él, sino también para el pueblo brasileño que en los últimos años realizó una transformación pacífica y democrática, una verdadera revolución económica y social.