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El artista de Burkina Faso se presentó anoche en la Alhóndiga de Granaditas

La música es emancipación y libertad, asevera Alif Naaba

Lucho por la educación de los niños y los jóvenes de mi país, para que puedan enfrentar a los políticos, indica

Propongo un debate entre la esperanza y el amor alrededor de África

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Alif Naaba en Guanajuato, ayer, durante la charla con La JornadaFoto Mónica Mateos
Enviada
Periódico La Jornada
Jueves 27 de octubre de 2011, p. 3

Guanajuato, Gto., 26 de octubre. Es un príncipe, pero se descalza a la hora de cantar para demostrar respeto por las personas que lo escuchan. Es joven, pero alberga en su espíritu un milenario amor por la música. Tiene la mirada dulce, pero su fuerte canto apuesta siempre por la emancipación.

Es Alif Naaba, la voz más bella descubierta en África, como lo llaman en Italia. Llega al Festival Internacional Cervantino (FIC) procedente de Burkina Faso, la patria de los hombres íntegros, que es lo que significa el nombre de esa pequeña nación ubicada al oeste del continente africano, rodeada por Malí, Níger, Costa de Marfil, Ghana, Togo y Benín, sin acceso al mar.

Con canciones que denuncian la situación social y los sufrimientos que enfrenta su pueblo, pero también con la firme convicción de que la música es parte fundamental del espíritu, Alif explica en charla con La Jornada que llevar la música africana a Occidente nos ha permitido modular la opinión internacional, voltear la mirada hacia nosotros, hacer que tomen en cuenta nuestros problemas. Los cantantes somos los voceros de toda la gente joven africana que exige un cambio. Por eso, en nuestros países, la música es un factor de desarrollo social, la música es a la vez emancipación y libertad.

El músico agrega que hoy día sus demandas están concentradas en concientizar a mi gente acerca de la necesidad de educarse, deben entender eso si quieren cambiar las condiciones que tenemos, porque si sana la vida en lo social también sanará la política.

Alif Naaba recuerda que hace un par de años sus canciones eran más críticas contra el gobierno: “pero cuando pedí justicia a través de ellas por la muerte de un periodista se me cerraron todas las puertas en Burkina, por eso decidí cambiar de estrategia, no abordar de manera tan directa las cuestiones políticas, pero sí seguir hablando de problemas sociales.

“Porque yo canto principalmente para el pueblo, para los jóvenes, y hay que decir que en Burkina Faso hay niños que nacen, crecen y mueren sin ir a la escuela, sin tener siquiera un papel en el que conste su existencia. Uno por ciento de los habitantes son ricos, el resto son pobres y es a ellos a los que debemos hacerles entender que todos tienen derechos a la salud, a la educación, a la alimentación, a un nacimiento digno, porque muchas mujeres dan a luz y no tienen ni siquiera la posibilidad de ir a un hospital, pierden a sus hijos, mueren o se los quitan, por eso la política no avanza.

Los hijos de los ricos de África son los que salen a estudiar a Estados Unidos y a Europa, los que se quedan no tienen ningún derecho, ninguna posibilidad, pero ellos deben tener un futuro y para que lo logren les decimos que tienen que educarse, que enfrentarse a los políticos. Les hablamos en nuestras canciones de lo grave que es el calentamiento global, pero también de lo mal que la están pasando en Somalia, de lo inhumano que fue la matanza en Ruanda. Para mí es necesario luchar para educar y tener otra clase de vida.

Herencia materna

Alif Naaba, de 31 años, con orgullo explica que la música lo eligió a él y no al contrario, pues es una herencia de su madre, quien fue cantante tradicional: Crecí con la música que era de ella, mediante la cual aprendí la felicidad y la tristeza. La que hago ahora tiene un tinte de melancolía, pero siempre con una tendencia hacia la esperanza. También escribo por los niños que son oprimidos por la injusticia. Propongo un debate entre la esperanza y el amor, hablando siempre de África, de la necesidad de levantarla. Quiero hacer una música que se parezca a la persona que soy.

El cantante siempre se descalza a la hora de interpretar, no sólo como un acto de humildad frente a su público, al que considera la verdadera corte real a la que hay que rendir honores, sino porque está convencido de que es la tierra la que le da el tempo a su música: Así es como los niños aprenden a cantar y a interpretar instrumentos en mi país, con los pies siempre en contacto con la tierra. Por eso me sigue sorprendiendo que en tantos países, México incluido, tienen a la tierra escondida bajo el concreto, han perdido esa comunicación directa con ella.

Alif Naaba canta en su lengua materna, el mooré, y en francés, acompañado siempre por instrumentos tradicionales, como el kora, que parece un arpa-laúd. Se presenta en la Alhóndiga de Granaditas este miércoles por la noche.