Con Jorge Luis Borges como personaje principal, la versión 14 de la megaofrenda de Día de Muertos en Ciudad Universitaria fue inaugurada ayer, en medio de una abundante participación de la comunidad de la máxima casa de estudios y de miles de visitantes que desbordaron el campus.

En esta ocasión, el acto estuvo dedicado al libro El Aleph, en el marco del 25 aniversario luctuoso de su autor, y contó con 97 altares de muertos, realizados por estudiantes de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y de escuelas y colegios particulares.

Hasta el miércoles 2 de noviembre, el Festival Universitario de Día de Muertos ofrecerá actividades culturales de 11 a 21 horas, entre ellas funciones de danza, conciertos, cine, lecturas de poesía y conferencias, además de talleres de máscaras, bisutería, expresión corporal, serigrafía e instalaciones sonoras y visuales.

Prácticamente desde la tarde del jueves, las llamadas islas empezaron a ser tomadas por los grupos de estudiantes y maestros que montaron sus altares, cargando bolsas de papel picado, pétalos, aserrín de colores, veladoras, flores de cempasúchil y calaveras de cartón.

Aunque abundan las figuras alusivas a Borges y los jóvenes disfrazados de calacas y catrinas –en homenaje siempre pertinente a José Guadalupe Posada–, también hay ofrendas que hablan de las múltiples preocupaciones de sus creadores, y de los sufrimientos de un país en el que todos los días parecen haberse vuelto días de muertos.

Por ahí se encuentran tumbas donde yace la educación, que cayó en manos de Gordillo; otras en donde está enterrada la economía nacional, que no alcanzó a sobrevivir con 6 mil pesos al mes, o incluso la justicia, fallecida por los rumbos de Ciudad Juárez.

A propósito del cuento El muerto, de Borges, hay también ofrendas dedicadas a los migrantes que son vejados, secuestrados y asesinados durante su tránsito por México, y otras dedicadas a los estudiantes mexicanos muertos en Sucumbíos, Ecuador, en marzo de 2008, o incluso a los territorios huicholes sagrados, como Wirikuta, hoy amenazados por proyectos mineros.

Hay otras con referentes visuales que hacen recordar películas hollywoodenses de miedo. Las calaveras emergiendo de la tierra parecen rendirle tributo al video clásico de Thriller, de Michael Jackson, y los cráneos sonrientes y ensombrerados parecen inspirados en Tim Burton.

Más allá, un grupo de jóvenes darks soportan estoicamente un sol de rigor mientras le dan los últimos detalles a una ofrenda.

La velada, donde no faltaron los puestos de elotes, pan de muerto, chocolate, enchiladas y tacos de canasta, dio inicio ayer con conciertos, batucadas y desfile de catrinas.

El programa completo de la megaofrenda 2011 puede verse en la página de Internet de la UNAM, www.unam.mx.