l culto aficionado Carlos Hernández González, mejor conocido en el medio de los toros como Pavón, quien fuera novillero, ganadero, maestro de toreros y autor de un libro premonitorio, Sin sangre, Pajarito, me dice: “A la investigadora que opinó en tu columna del domingo pasado sobre el maltrato a las gallinas ponedoras, pídele que ahora describa cómo viven durante dos años los terneros Brangus, Angus, Hereford, etcétera, para que hormonados, implantados y probablemente capados se les destine al abasto de carne y alcancen, antes de cumplir dos años, los 550 kilos de peso.

“En sólo dos metros cuadrados –prosigue Pavón–, sin sol, praderas ni horizonte, come, come y come para el triste fin que les espera. Cuando este animal llega al matadero siente, se percata que su antecesor, el que estaba junto a él, ha sido muerto y que momentos después a él le tocará.

“Hazle saber a tus lectores –remata Pavón– que con estos ojos que han visto desfilar a tanto ignorante metido a defensor de toros pude ver cómo el dipuhooligan priísta Cristian Vargas, oportunista pero incongruente antitaurino, se comía en pomadoso restorán un corte de carne producto de esas reses. ¿Se atreverá el aventurero ese a prohibir la crianza que he mencionado?”

A reserva de ocuparme en fecha próxima de los lamentables defensores sin rostro con que cuenta la indefensa fiesta de toros en México y sus pusilánimes gremios, incapaces todos y cada uno de pronunciarse y formar opinión en torno a la tradición taurina de su país, algún comentario merecen las recientes y conmovedoras declaraciones de aguerridos cuanto desinformados enemigos de las corridas de toros.

Por lo pronto, el rijoso diputado del PRI ya mencionado, que además responde al torero nombre de Cristian y al no menos torero apellido de Vargas –nadie sabe para quien se deja bautizar– ha reculado por órdenes superiores en su afán de abolir los festejos taurinos en el Distrito Federal. Y lo hace con razonamientos tan conmovedores y demagogos como: “…me considero un hombre seguidor y partidario de las libertades, y una ciudad como el Distrito Federal, que se considera capital de vanguardia, no debe coartar el derecho al trabajo y a la diversión de un sector de la población”.

Como buen villamelón y mejor priísta, Vargas insiste, al igual que no pocos promotores taurinos ignorantes, en que la fiesta de los toros es divertida, y una vez más confunde emoción con diversión, encuentro sacrificial entre dos individuos con salto de tigres a través de aros de fuego. Lo dijo García Lorca hace más de 70 años: A los toros se va a gozar sufriendo. Divertidas, las acciones de los políticos en defensa de la sociedad.

No hay espacio más que para la disciplina y la concentración, sostiene el joven matador hidrocálido Víctor Mora, quien lleno de entusiasmo refiere que su vida taurina ha tomado una prometedora directriz al contar con una nueva administración que seguramente reorientará el rumbo de su vida profesional.

“Tras algunas pláticas con la licenciada Vicky Lozano, refiere Víctor, cuando me invitó a participar en el festival en memoria de su padre, el cronista taurino Pablote, en la Monumental de Monterrey, circunstancia que para mí fue decisiva, pues salí por la puerta grande, me propuso ser mi apoderada y acepté, afirma el diestro nacido en Aguascalientes en 1986 y con cinco años de alternativa.

“La confianza que me infunde Vicky, agrega Mora, me ha hecho reflexionar en los errores en los que se ha incurrido para que ahora en su compañía podamos convertirlos en aciertos, y los aciertos consolidarlos con el fin de conseguir mi objetivo de llegar a ser figura del toreo.”

Con relación a sus próximas fechas, el matador hace notar: Mi apoderada se ha dado a la tarea de sumarme nuevos contratos. Voy a Xico, Veracruz, el 20 de noviembre en lo que será la Corrida de la Revolución y el 11 de diciembre en la Corrida Guadalupana. Asimismo, está en pláticas, entre otras plazas, con los empresarios de Puebla y de Motul, Yucatán, así como con el de Jalpa y Juchipila, en Zacatecas, y espero con ilusionada emoción mi presentación en la Plaza México, porque de ahí nuevamente mi carrera tomará un rumbo importante, concluye Mora.