Desde temprana hora, cientos de personas acudieron en automóvil, micro, camión o Metro a alguno de los 118 panteones civiles o concesionados que existen en la ciudad de México para recordar a sus difuntos con pequeños ramos de flores –porque no alcanzó para más–, veladoras y una comidita. Otros salieron a las calles con calabazas de plástico o cajas de cartón para pedir su calaverita y juntar unas monedas que nos permitan comer.

La difícil situación económica impidió que muchas familias acudieran ayer a la tumba de su ser querido con mariachi, trío, marimba o el conjunto norteño que tanto le gustaba en vida, y cambiaran las carnitas, barbacoa o pollos rostizados por tortas de jamón, sándwiches de atún o tostadas de tinga, sin faltar, por supuesto, la bebida que prefería.

En estos días no puede faltar el alcohol, aunque nos bajamos y, en lugar de comprar el tequilita de siempre, trajimos uno regular para soportar la pena de la nieta que se fue con sus papás, y esperamos que pronto nos llamen de allá arriba para juntarnos. Mientras, venimos a ponerle sus flores, su veladora y la música que le gustaba, aunque sea en grabadora, comentaron don Pancho y doña Jose.

Los integrantes de la familia Olvera, por su parte, prepararon la lápida de la abuela para celebrar juntos el Día de los Fieles Difuntos. Cada vez somos menos los que venimos y a los nietos ni les interesa seguir con la tradición. Al rato no habrá quien nos llore, pero estamos cumpliendo con lo que nos enseñaron, señaló doña Lupita. Otras familias pusieron globos y muñecos en las tumbas de sus niños muertos.

Sin embargo, los abusos en la venta de flores, coronas y cruces no se hicieron esperar, y en delegaciones como Benito Juárez e Iztapalapa el precio de crisantemo, nube y cempasúchil subió hasta 300 por ciento. Esta última se vendió en 75 pesos, cuando hace unos días se ofrecía en 15.

Ante la molestia de los visitantes a los panteones, personal de mercados y vía pública realizó un operativo de vigilancia en Mixquic, en Tláhuac; Iztapalapa, Benito Juárez y Miguel Hidalgo, y advirtió que quienes incurran en esa irregularidad perderán su permiso.

María Ledezma afirmó que no sólo en los panteones aumentaron los precios, ya que en estas fechas tanto en Jamaica, La Merced o donde quiera suben. En San Lorenzo Tezonco, en Iztapalapa, los vendedores instalados en la entrada fijaron un precio: ramos o coronas que te salían en 30 o 40 pesos te los quieren dar en 120, denunció don Martín Rentería.