Cuando todo está perdido para el América, los jugadores no encuentran respuestas para explicar las razones del naufragio. Lo único que les queda a la mano es la sensación de pena, porque no sólo no se clasificaron entre los mejores ocho equipos a la liguilla, sino a una fecha de que concluya el campeonato están casi en el fondo de la tabla.

Sólo vergüenza, señala el brasileño Rosinei Adolfo, quien no puede eludir que se quedó lejos de las expectativas que el club depositó en él. El sentimiento, señala, no es personal, sino compartido por todo el plantel, que no aportó lo que se esperaba.

Me siento apenado por lo que pasó durante este torneo, no sólo yo, todos, dijo el mediocampista sobre la lamentable campaña, aunque aclaró que no fue por la calidad de los jugadores.

Es una circunstancia que les ocurre a todos los equipos de futbol y mientras más grandes son, mayor es la presión. Es una lástima que un equipo con estos jugadores se encuentre en esta situación, precisó.

Ante los anémicos resultados en esta campaña, en la que apenas consiguieron tres victorias, seis empates y siete derrotas, el brasileño recordó que los rivales les perdieron el respeto cuando eran visitantes.

Todos venían con la mentalidad de ganarnos porque sabían que andábamos mal, agregó.

A una fecha de terminar el torneo regular, Rosinei admitió que todo estará en manos de la directiva para decidir quiénes salen o se quedan en el equipo.

Yo tengo contrato y me gustaría tener la oportunidad de remediar lo mal que hicimos esta temporada, pero eso dependerá de la dirigencia, precisó.

Se le preguntó si como directivo renovaría su contrato. Guardó silencio y tardó en responder: Tal vez... tal vez no.

Diego Reyes también expresó la vergüenza que invade al equipo. No quiso eludir culpas con el argumento de que es novato y no podía cargar con la responsabilidad de sacar a flote al equipo.

El jugador juvenil asumió que vestir los colores del equipo los compromete para responder del mismo modo que los elementos de más experiencia.