Dispuesto a encabezar una cruzada para devolver la esperanza y la alegría a los mexicanos, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) presentó ayer –sin mencionar un solo cómo– su lista de propósitos de gobierno en la intención de recuperar la Presidencia de la República en 2012. En esa exposición los priístas machacaron su convicción de triunfo, si bien no se guardaron cierta prudencia: No volteamos a Los Pinos con nostalgia.

El llamado Programa para México, aseguró Marco Bernal, presidente de la Fundación Colosio, es una plataforma electoral de cambio, de certeza y de recuperación del orden y la eficacia.

Ello, frente a un país donde las cosas van mal porque durante los dos gobiernos del PAN imperó la frivolidad que generó decepción (con Vicente Fox) y la tozudez que ha llevado a la desesperanza (con Felipe Calderón). Gobiernos en los cuales se ha desperdiciado la democracia y han prevalecido la evasión y las ocurrencias –en el primer caso– y el dogmatismo y la arrogancia, en la actual administración federal, según expuso César Camacho Quiroz.

En el Polyforum Cultural Siqueiros y con la presencia de Manlio Fabio Beltrones y de Enrique Peña Nieto, los dos aspirantes a la candidatura presidencial, el PRI lanzó su oferta electoral sin la anunciada asistencia de gobernadores del tricolor, y sí la de algunos ex presidentes del Comité Ejecutivo Nacional (CEN).

Además, el actual, Humberto Moreira, apenas estuvo ahí el tiempo suficiente para dar un breve mensaje y volar hacia Coahuila al informe de labores de su sucesor, Jorge Torres.

Esta vez, además, no funcionó la contención del aplausómetro, como ocurrió durante los foros regionales de Chihuahua, Campeche y Querétaro, en octubre pasado, donde participaron Beltrones y Peña Nieto, pues las huestes de una organización llamada Proyecto Nacional por y para México, traídas desde Tláhuac, se encargaron de vitorear al mexiquense, proclamarlo su candidato, y ya desde hoy, presidente.

Por lo demás, y como los priístas quieren poner alto a la guerra desatada por el empeño de uno, pero pagada con la vida de casi 50 mil personas, proponen fortalecer a las instituciones y profesionalizar todo el aparato de justicia, desde los policías hasta los tribunales; actuar más en materia de prevención y hacer más política social y menos política criminal.

Asimismo, plantean romper el esquema del asistencialismo y revertir la desigualdad y la pobreza. Incluyen la pensión mínima universal, el seguro de desempleo y la compactación de los programas sociales, actualmente dispersos. También, una política ambiental sustentable, realizar una reforma hacendaria y replantear la relación con Estados Unidos.

En el ámbito económico mencionan un cambio radical de estrategia en la materia a partir de una serie de indicadores que retratan a México como una nación de crecimiento mediocre.

Como se adelantó, la plataforma electoral del PRI no da respuestas definitivas en el tema de la privatización de Petróleos Mexicanos (Pemex), ni toma partido por las propuestas de cláusula de gobernabilidad demandada por Peña Nieto, ni la de gobiernos de coalición defendida por Beltrones. Sólo las enuncia.

Marco Bernal asumió finalmente que tras la presentación de estas conclusiones, ahora debe continuarse en la búsqueda de los cómos, porque la gente quiere nuevas instituciones, nuevos mecanismos de gobierno que sirvan a todos y no excluyan, que sean transparentes y también que rindan cuentas.