San Cristóbal de las Casas, Chis. 3 de noviembre. Los presos tzotziles Alfredo López Jiménez, en huelga de hambre desde hace 36 días, y su esposa Rosa López Díaz, en ayuno por el mismo periodo, dieron a conocer el fallecimiento, por negligencia médica, de su hijo Natanael López López, de cuatro años, a quien le fue negada atención en Teopisca (donde se encontraba, a cargo de sus abuelos) y en esta ciudad.

Antes de nacer él fue víctima de tortura, expresaron Alfredo y Rosa, en una carta conjunta para contarles nuestro dolor, si bien se encuentran separados en el mismo Centro Estatal de Reinserción Social de Sentenciados (CERSS) 5. Otro hijo suyo, de dos años, vive en prisión con Rosa.

En una segunda misiva, Alfredo recuerda: Fui detenido arbitrariamente en 2007 junto con mi esposa embarazada de cuatro meses, donde sufrimos torturas físicas y sicológicas, y de ahí nos trasladan al CERSS 5; al paso de unos meses, mi esposa dio a luz a un varón con parálisis cerebral, deforme de la cara, sin movimientos en su cuerpo. El pasado 25 de octubre se agravó. Mis familiares lo llevaron al hospital de Teopisca y no lo atendieron. Se trasladaron a la clínica de campo en San Cristóbal, pero por la desdicha de ser analfabetas recibieron nuevamente la negligencia médica.

Hoy, Natanael es difunto por no recibir atención especializada. Muchas veces solicité apoyo a las instituciones gubernamentales y jamás respondieron. Y exclama: Esto no quedará impune; siento un gran dolor en mi alma y clamo a Dios justicia por la injusticia que el mal gobierno y su gabinete ejercen en nuestras personas.

Expresa que el gobernador Juan Sabines Guerrero habla mucho de igualdad y respeto a la vida, garantizando la salud y la atención adecuada para las personas indígenas en los hospitales, pero hoy, una vez más, veo la desigualdad y la violación de los derechos humanos.

Miembro de Solidarios de la Voz del Amate, que junto con las organizaciones Voz del Amate y Voces Inocentes, de la otra campaña, declara: Seguiré luchando a pesar de este dolor, y refiere que, a consecuencia de su huelga de hambre, nuestra situación de salud se va deteriorando y nuestro cuerpo va agonizando: pasan las horas, los minutos y los segundos; cada vez más nuestra vida está en peligro.

Al reclamar juntos la verdadera justicia y nuestras libertades inmediatas e incondicionales, la pareja tzotzil condenada a 27 años de prisión, añadió: No permitamos que haya otra víctima más por la desigualdad, y pide solidaridad para obtener la libertad, pues ellos insisten en su inocencia. No estamos dispuestos a pagar un delito que jamás cometimos.

López Jiménez exhorta al mandatario chiapaneco a tomar acciones urgentes ante el estado en que nuestras personas se encuentran, y exige la libertad de todos los que estamos en la lucha por la justicia en los penales de San Cristóbal, Motozintla y Cintalapa. No es justo sufrir y pagar algo que no se debe, mucho menos cobrando la vida de un inocente, concluye.

Las autoridades no nos han escuchado reiteró vía telefónica el preso tzeltal Pedro López Jiménez, vocero de los presos en huelga de hambre, insistiendo en la libertad de los huelguistas y el retorno a San Cristóbal de Alberto Patishtán Gómez, trasladado a Sinaloa el 20 de octubre. Notificó además que, tras la muerte de su hijo, López Jiménez incrementó su protesta al dejar de beber agua e ingerir miel varias horas al día.