Sería imposible aplicar a todos los policías del país las cinco pruebas que componen la batería para acreditar los exámenes de confianza, afirmó Luz del Carmen Díaz Galindo, titular del Centro Nacional de Certificación y Acreditación, del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (Sesnsp).

En entrevista con La Jornada, la funcionaria aseguró que a los gobernadores –que reclamaron en el pasado Consejo Nacional de Seguridad Pública más tiempo para someter a exámenes de confianza a sus agentes– les ha faltado información acerca de los procesos de evaluación, ya que desde febrero de 2010 se definieron los lineamientos para hacerlo de manera diferenciada, es decir, se aplicarán pruebas sicológicas, poligráficas, médicas y físicas a todos los mandos, personal que maneja información sensible, de operaciones especiales y de las unidades antisecuestro, mientras los agentes que cumplen tareas administrativas o de carácter presencial se evaluarán en tres de las pruebas de manera aleatoria, porque, reconoció que aplicar las cinco pruebas a todos, sería algo imposible de cumplir.

Insuficientes poligrafistas

Díaz Galindo refirió que el lunes pasado, durante la sesión del Consejo Nacional de Seguridad Pública, observó los reclamos de los gobernadores al gobierno federal. Aseguró que para ella “fue muy claro: les ha faltado que les den información de cómo son los procesos de evaluación, porque uno de los mayores reclamos es que no hay suficientes poligrafistas, y creo que lo primero que hay que acotar es que el polígrafo no lo es todo.

“Estamos hablando de una evaluación integral, donde desde el 4 de febrero de 2010, el centro nacional emitió lineamientos muy claros para hacer un proceso diferenciado de evaluación, que era justamente lo que (los gobernadores) estaban discutiendo.

“Para poder avanzar, desde 2008 vimos que era una meta muy complicada (examinar a todos los policías municipales y estatales del país), y que, obviamente, si a todos se les aplicara todo, sería algo imposible de cumplir.

“Por eso, lo que se hizo desde febrero de 2010 fue diferenciar por riesgos, por función y por contexto. De ahí que los mandos, allí sí todos, tuvieran que presentar la evaluación toxicológica, médica, validar sus documentos y antecedentes, pasar el polígrafo y si había una cuestión que verificar en sitio (por ejemplo, dudas del nivel de gasto que tiene el agente). Esto es, que no a todos los mandos se les iba a visitar a su casa porque no tenemos un ejército que cubra todo este proceso.

“Entonces, el esquema diferenciado también contempla que los agentes asignados a los C-4, los que están en unidades antisecuestro, u otra clase de unidad especial, es decir, todos aquellos que manejan información muy sensible o que combaten directamente a grupos criminales, deben pasar el esquema lo más completo, igual que los mandos.

“La otra porción, los agentes operativos o administrativos que no tengan una función sensible, la aplicación del polígrafo no es obligatoria; podrían someterse de manera aleatoria, pero aquí sí se les haría una visita socioeconómica, la entrevista sicológica, los antecedentes laborales; es el esquema diferenciado.

“No es que todos deban ser sometidos al polígrafo, eso sería muy complicado, y tampoco es cierto que el examen poligráfico vaya a terminar con un problema. Por ejemplo, si un secretario sabe qué agentes tienen vínculos con grupos criminales, no tiene caso que los mande a realizarse exámenes de confianza, los tendría que separar o actuar conforme la ley, lo indique sin necesidad de pasarlos a esas pruebas; ni es la única prueba que sirve para el fortalecimiento y depuración de los cuerpos policiacos.

“Debo mencionar que en México, sin contar los especialistas en polígrafo que laboran en el ámbito federal, se tienen 297 poligrafistas que están evaluando. Para cumplir la meta y que todos tuviesen que pasar por este proceso, tendríamos que estimar cifras demasiado elevadas, por ello se tiene considerado, en un esquema integral, que bastan 597 especialistas.

“Asimismo, se debe considerar que en un esquema de análisis, la investigación socioeconómica se vuelve un factor clave en los puestos más sensibles, y a ese respecto, hoy tenemos 334 investigadores, y necesitaríamos un aproximado de 688 para poder tener una operación estable en los centros.

“En sicología tenemos 350 y necesitaríamos alrededor de 698, y bajo este esquema, y para cumplir las metas que se nos piden, tenemos que ser muy claros, no todos van a pasar todo. Todo está en función del riesgo del puesto y el contexto.

“Lo importante aquí es, por ejemplo: si yo vivo en un área donde hay alta incidencia delictiva en robos, secuestros o venta de droga, el policía de crucero, por así decirlo, se vuelve un puesto sensible, porque algo está indicando que allí están fallando los candados de seguridad. Entonces, ese agente se vuelve sensible en ese municipio y no lo es donde no pasa nada.

Entonces no es la denominación de los puestos lo que analiza cada centro, sino el contexto en el que se desempeña cada uno, concluyó titular del Centro Nacional de Certificación y Acreditación.