Roma, 6 de noviembre. El primer ministro de Italia, Silvio Berlusconi, que tiene en su contra a más de 20 desertores de su partido, número que podría hacerlo dimitir, insiste en ganar el apoyo de legisladores indecisos para no perder influencia en el Parlamento, mientras el destino de su gobierno está en manos de un grupo de políticos díscolos.

Varían las estimaciones sobre cuántos diputados de centroderecha cambiarán de bando el martes en la votación de la Cámara de Diputados sobre finanzas públicas. El mensaje de Berlusconi a los potenciales traidores es claro: no tienen dónde ir y serán recompensados si se quedan. El magnate mediático de 75 años ha desafiado todos los llamados a dimitir, y afirma que puede dar la pelea. Lo hemos revisado en las últimas horas, las cifras son ciertas, aún tenemos mayoría, indicó a colegas partidistas el domingo.

Los periódicos estiman que el posible número de desertores estaría entre 20 y 40, lo que sería más que suficiente para hacer caer al gobierno, pero en situaciones anteriores Berlusconi ha demostrado sus poderes de persuasión de último minuto.

Un diputado de su coalición gobernante dijo después de reunirse con Berlusconi que el primer ministro está dispuesto a recompensar a los indecisos con puestos bien merecidos en el gobierno. Berlusconi dijo el viernes que los desertores traicionarían al gobierno y al país. Las últimas declaraciones de Berlusconi sobre su mayoría podrían ser una mala noticia para los bonos italianos, que volvieron a sufrir una ola de ventas el viernes y tuvieron un rendimiento histórico desde la instauración del euro por sobre 6.4 por ciento.