Luego de perder a un segundo secretario de Gobernación en un percance aéreo, el presidente Felipe Calderón se anticipó a los resultados de las investigaciones para asegurar que las condiciones de nubosidad prevalecientes cuando se desplomó el helicóptero donde viajaban José Francisco Blake y otras siete personas hacen pensar ciertamente en la probabilidad de un accidente, pero se contemplarán todas las hipótesis.

Ataviado con traje y corbata negros, el Presidente habló con la voz entrecortada ante los medios de comunicación a las 14:40 horas para aclarar que el helicóptero estuvo siempre resguardado en el hangar del Estado Mayor Presidencial (EMP), donde recientemente recibió mantenimiento de rigor y que el piloto contaba con suficiente pericia.

Repetida la historia del otrora secretario de Gobernación Juan Camilo Mouriño, fallecido también en un percance aéreo (el 4 de noviembre de 2008), el Presidente expresó: como ocurrió con Juan Camilo Mouriño, a Blake también lo extrañaré y necesitaré mucho.

Por este hecho y las exequias que hoy encabezará en el Campo Marte a las 16 horas, Calderón canceló su visita a Hawai, donde participaría en las cumbres de la APEC y de líderes de América del Norte junto con el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y el primer ministro canadiense, Stephen Harper.

La jornada de actividades del Ejecutivo comenzó con normalidad. En el Centro Médico Siglo XXI encabezó la asamblea del IMSS, que concluyó a las 10 de la mañana. Después regresó a Los Pinos. Ahí el EMP le informó del incidente, por lo cual ordenó a los secretarios del gabinete de seguridad y al de Comunicaciones y Transportes iniciar las investigaciones.

Sin llevar saco, cerca del mediodía abordó apresurado una camioneta en la puerta cinco de Los Pinos para trasladarse escoltado en helicóptero a dar el pésame a la señora Gloria Cosío, esposa de Blake Mora, y a sus hijos Gloria y José Francisco, como él mismo confirmó después. Luego recibió varias visitas, entre ellas la del ex dirigente del PAN Luis Felipe Bravo Mena.

A las 12:25 su vocera Alejandra Sota confirmó la noticia. Después se informó que ya no se celebraría la reunión del Consejo del Instituto de los Mexicanos en el Exterior ni la gira por Baja California Sur. En cuestión de minutos, personal de la residencia presidencial colocó en las puertas moños negros en señal de luto mientras la prensa era convocada al mensaje en el salón Adolfo López Mateos, donde ya estaba dispuesto un templete con el escudo y la bandera nacional.

El mandatario caminó hacia el atril, donde tomó un sorbo de agua y con gesto de tristeza señaló: con profunda pena, con muchísimo dolor, he tenido conocimiento esta mañana del fatal accidente en el que perdieron la vida (...) Blake Mora y otros siete servidores públicos ejemplares.

Los expertos más calificados

Tras dar el pésame a los deudos y comentar que dirigía oraciones a las víctimas, hizo un silencio y se mostró más apesadumbrado. Antes informó haber ordenado al secretario de Comunicaciones, Dionisio Pérez-Jácome, que integre un equipo de trabajo con los expertos más calificados en el mundo para investigar las causas del accidente, palabra que utilizó en varias ocasiones.

Remarcó: es mi deber decir, sin embargo, que el helicóptero estuvo siempre resguardado en el hangar del Estado Mayor Presidencial, donde recientemente había recibido mantenimiento de rigor, y aunque el piloto, según se sabe, contaba con suficiente pericia, las condiciones de nubosidad que prevalecían precisamente a esa hora en el trayecto que el secretario recorrería rumbo a Cuernavaca, a un evento con servidores públicos de procuración y administración de justicia de los estados, hacen pensar, ciertamente, en la probabilidad de un accidente.

Prometió agotar todos los indicios que rodean esta fatal circunstancia, los cuales, explicó, ya están debidamente resguardados. Ofreció además que el gobierno federal actuará con toda transparencia y mantendrá informada a la sociedad y a la opinión pública de manera puntual, objetiva y oportuna sobre los avances de la investigación.

Previamente destacó la biografía de José Francisco, o Blake, como dijo le llamaban todos los que le querían. Comentó, entre otros aspectos, que nació en un barrio popular de Tijuana, de familia humilde y trabajadora. Desde joven militó en el Partido Acción Nacional y participó, como buen soldado raso, en la elección que llevó al triunfo a Ernesto Ruffo en 1989. Dijo que Blake fue un magnífico secretario de Gobernación.

Quinto titular de SG

Mientras nombra a quien será el quinto secretario de Gobernación de este sexenio, indicó que quedará encargado del despacho el subsecretario Juan Marcos Gutiérrez, como dispone la ley.

A unos pasos su secretario particular, Roberto Gil Zuarth –mencionado como posible sucesor de Blake; incluso desde hace tiempo era ubicado entre los aspirantes a ocupar la cartera de Gobernación–, contestaba mensajes desde su Blackberry. Otros colaboradores del círculo cercano del Presidente atestiguaban el mensaje, como Sota y Virgilio Muñoz.

El Presidente dedicó también algunas palabras a los otros fallecidos. De Felipe Zamora –mi tocayo, dijo– destacó que era un brillante abogado sinaloense, y se refirió a Alfredo García Medina, quien fungía de director general de comunicación social de la misma dependencia, como “el querido Tijuano”.

Mencionó también a la secretaria técnica de la oficina del secretario, Diana Miriam Hayton Sánchez; al mayor René de León Sapién, del EMP, que cuidaba a Blake; al teniente coronel Felipe Bacio Cortés, piloto del helicóptero; al teniente Pedro Ramón Escobar Becerra y al sargento segundo Jorge Luis Juárez Gómez. Estos tres últimos, miembros de la Fuerza Aérea y del EMP.

Al recordar a Mouriño y a Blake resaltó la enorme amistad que los unía a los tres y se comprometió a honrar su memoria no fallándoles en el esfuerzo de construir un México más seguro, donde impere el estado de derecho, y cada mexicano pueda ejercer, con plenitud, su libertad.

Un México justo, un México libre, un México democrático. Un México y un ideal, al que ofrendaron sus vidas sin la mezquindad y la soberbia, hoy, por cierto, tan abundante en la vida pública, y que nunca pudo ni siquiera tentarlos, expresó.