Berlín, 18 de noviembre. La escena podría integrar uno de sus dramas más sombríos: con 34 años, decepcionado de su talento y arruinado, el poeta romántico alemán Heinrich von Kleist se retiró a un pintoresco cerro en las afueras de Berlín y se pegó un tiro. Junto a él se suicidó su compañera gravemente enferma de cáncer, de sólo 31 años.

La verdad es que no hay nada sobre la faz de la Tierra que pueda ayudarme, escribió en su carta de despedida a Ulrike, su medio hermana. Este lunes 21 de noviembre se cumplen 200 años del doble suicidio más famoso en la historia de la literaura, punto cúlmine del Año Kleist que Alemania celebró con decenas de actos y muestras.

“Los personajes de Kleist carecen de la típica tendencia alemana a la instrospección y la cavilación. Actúan y fracasan en la realidad.

Eso hace sus obras tan atractivas aún hoy para los lectores de todo el mundo, resume Stefan Hirtz, de la Sociedad Heinrich von Kleist de Berlín.

Lo mismo puede aplicarse a la vida del autor de obras universales como La marquesa de O y El terremoto en Chile, figura ejemplar del romanticismo trágico que comenzaba a alumbrar Alemania.

El poeta, dramaturgo y novelista nació en 1777 en Fráncfort del Óder, entonces Prusia, en el seno de una familia de militares. El propio autor entró en el Ejército y lo dejó tras las derrotas prusianas contra Napoleón.