Con Alemania como país invitado, mañana comienza la feria editorial en Guadalajara
Se ha consolidado en lo económico y como referente en la promoción del libro en español y de la lectura, dice su directora a La Jornada
“El e-book llegó y no hay que tenerle miedo”
Viernes 25 de noviembre de 2011, p. 3
La Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara, que comienza este sábado, llega a su 25 aniversario.
Con Alemania como país invitado y la premio Nobel de Literatura Herta Müller como uno de sus platos fuertes de esta versión, el encuentro editorial en estos años ha logrado su independencia económica y su consolidación como uno de los más relevantes en el mundo y el más importante en América Latina.
Es una feria que necesitamos
y que no deja fuera temas editoriales como la llegada del e-book, no hay que tenerle miedo
, y la ley del libro y dentro de ella el precio único que no se ha vendido bien
, señala Nubia Macías, directora de la FIL desde hace ocho años, aunque ha trabajado en ella desde distintas trincheras a partir de 1987, primero como asistente en la coordinación de difusión y relaciones públicas e internacionales, jefa de prensa, reportera y ahora en la dirección.
Foro para los lectores
Necesitamos una feria de estas características en México, señala Nubia Macías en entrevista, porque hay un crecimiento de ferias del libro, porque creo que la industria editorial no consigue cubrir y llenar todos los huecos que son necesarios, casi todas las ciudades están más o menos bien atendidas por las librerías o las grandes plataformas, pero creo que las urbes medias y las de poca población son las que más carencias tienen. Éstas se suplen con la cobertura que hay por las bibliotecas de aula, las escolares, las salas de lectura, pero hay mucho trabajo por hacer
.
La FIL de Guadalajara no es tradicional, como uno la podría concebir a través de la expresión feria del libro. Al final, es un espacio para las ideas, el pensamiento, donde la academia tiene un área muy importante, donde el mercado del libro ha ido creciendo y hemos conseguido atraer a los que venden y los que compran en las diferentes modalidades de mercado, pero como principio básico nos hemos empeñado en que debe de ser una feria para los lectores. Por ello se ha convertido en un referente de la promoción del libro en español y de la lectura en particular
.
A lo largo de estos ocho años al frente de la FIL ha habido momentos difíciles. Uno ocurrió, explica Macías, cuando un proveedor incumplió con la instalación de los módulos y poco faltó para que el encuentro fuera un desastre, o cuando Macías llegó a la dirección de la feria para enfrentarse a un mundo que en ese entonces estaba dominado por hombres.
“Sólo tuve un momento desafortunado siendo mujer. Me acuerdo muy bien cuando me nombró directora el Consejo de Administración, a los pocos días el presidente de la feria me dijo: ‘vamos a tener una reunión con los directivos de la cámara para presentarte formalmente’.
“Venimos a la ciudad de México y había un grupo de directivos, todos varones; estábamos sentados en un restaurante y durante toda la conversación me dieron la espalda. No me voltearon a ver y mi jefe me decía: ‘Nubia, ¿qué opinas?’. ‘Nubia no sé qué...’, era el único que me incluía en la conversación. Fue muy fuerte darme cuenta que querían obviarme todo el tiempo.
A partir de ahí dije que esa era la decisión de ellos, no como la mía. Yo crecí en un mundo bastante abierto, en el sentido de que somos en mi casa muchas mujeres, mi padre siempre fue un hombre muy liberal, muy feminista, y mi madre una mujer trabajadora toda su vida, laboraba no sólo en la casa, también era empleada pública. Yo no tenía esa idea de que las mujeres no jugamos un papel preponderante en la vida, sino todo lo contrario.
–Son una empresa universitaria. Desde fuera tenemos la percepción de que si en la Universidad de Guadalajara (UdeG) estornudan, a la FIL le da catarro. ¿Qué tanto repercuten los problemas de esa casa de estudios en la feria?
–La feria ha conseguido una cosa buenísima: ser independiente en el aspecto económico. Es casi como la experiencia de las mujeres, cuando dimos el salto a la independencia económica muchas cosas mejoraron, otras empeoraron, pero en la mayoría es para ganar. En la feria, en eso nos ha ido muy bien, tener independencia, ser muy sólidos y lo que procuramos es no dar problemas a la UdeG.
“La FIL siempre es motivo de mucha visibilidad y a las personas les interesa tener presencia en la feria de una u otra manera, pero yo sí creo que a lo largo de estos años la propia universidad ha protegido bien a la feria.
“Con la UdeG hemos conseguido una alianza bastante buena e, insisto, la independencia económica hace que la sobrevivencia de la feria sea posible. La FIL lleva 25 años con ese crecimiento por esta alianza con la universidad y eso tiene unas ventajas extraordinarias que de otra manera no podríamos conseguir.
Hace como año o año y medio, a un secretario de Gobierno de Jalisco se le ocurrió decir que la feria era un desastre y que la tenían que desaparecer porque no ganábamos lo suficiente para construir muchas preparatorias y que si se las dejáramos a él o ellos, supongo, sí iban a hacer de la FIL una empresa súper, comercialmente hablando, muy poderosa. Lo dijo desde su pleito político, desde no sé qué trinchera, pero es que no podemos ver un proyecto tan maravilloso que ya es parte del patrimonio de los mexicanos desde la posición comercial.
Reivindicar el valor de la cultura
–Respecto del libro electrónico, ¿cuál es el reto de la FIL?, ¿toca a ustedes promoverlo, hablar de ese tema?
–No hay que tenerle miedo al libro electrónico porque ya llegó, quizá no de manera masiva. Hay un auge de las tecnologías y éstas presionan muchísimo para que todo el tiempo se hable del libro electrónico. Creo que no se han desarrollado suficientes contenidos en español y por eso estamos bastante más rezagados que los países anglosajones y, luego, es costosísimo tener un soporte digital.
“Primero, para un editor es caro producir para lo digital y es muy caro para el lector, porque tiene que comprar uno de los muchísimos soportes que ya hay.
“Entonces –añade Nubia Macías– si para muchos es difícil comprar un libro en edición de bolsillo, es más complicado adquirir alguna de las tabletas que existen en el mercado.
“No está tan claro lo que va a pasar. Sí creo que ha habido una presión muy fuerte de las empresas de tecnología para generar mucho ruido y que todos nos insertemos en el libro digital. Cada vez se irá migrando más, y no hay que tenerle miedo.
A nosotros, como feria del libro, nos toca promover la lectura, generar el encuentro, incentivar las compras de derechos de autor
, subraya la titular de la FIL.
Otro tema que no deja de ser polémico es el del precio fijo del libro que las editoriales ya aplican en sus novedades y sólo hacen descuentos en los títulos con más de 18 meses en el mercado.
Al respecto, Macías destaca que no ha habido cambios en relación con las ventas que se hacen en el contexto de la feria. “No hay cambios, porque es una ley que no ha entrado al cien por ciento. Se adopta cada vez más, pero no hay un cambio sustantivo. La ley se ha vendido mal pues, por ejemplo, uno va a las tiendas de ropa y sabe que la de temporada jamás tiene descuento. La que tiene rebaja es la que ya está fuera de temporada. Es lo mismo con el libro.
“En México ha costado más trabajo que sea aceptado en ciertos sectores de la población por una razón muy sencilla: tenemos muy insertado en el cerebro que el libro tiene que ser gratuito y el producto cultural también. En contraste, estamos dispuestos a pagar 130 dólares por unos tenis de marca, pero no ocho o nueve dólares por un libro. Nos hace falta reivindicar el valor de la cultura. Hay que darle tiempo a la ley. Quienes estamos en el mundo del libro sabemos que la ley es lo mejor para la industria editorial, los libreros y el público.
El reto, para los siguientes años de la FIL, es no olvidar que los lectores son el eje fundamental de la feria. Si lo olvidamos, la feria va a desaparecer
.