Los medios digitales, las redes sociales, los e-book y los libros que se pueden leer en Internet son medios vivos que acuden a otras instancias para complementar lo escrito, diseñado o dibujado, fenómeno que fue la temática central del segundo Encuentro Internacional de Publicaciones Digitales Culturales, a decir de Héctor Perea, coorganizador de esta reunión que concluyó el viernes.

Hoy día los proyectos digitales, tanto en el ámbito editorial como en la creación artística son proyectos vivos que se muestran al público y no por haberlos hecho se deben considerar concluidos, sino simplemente como seres vivos que seguirán evolucionando. Lo vemos en los periódicos y las revistas.

Asimismo, en el contexto del encuentro, la Asociación de Revistas Digitales de España (ARDE) entregó su segundo premio a la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), por el empeño y motivación en ampliar y contribuir al conocimiento de la información digital en el ámbito educativo en México.

Perea, integrante del comité organizador por parte del Instituto de Investigaciones Filológicas (IIFL) de la UNAM –sede del encuentro–, afirmó que se trató de la continuación del que tuvo lugar en Madrid hace tres años, ya que organizadores, participantes y el público estamos convencidos de la importancia del trabajo digital en el campo de la edición de libros y revistas, y de su uso en muy diversos terrenos como la televisión, la digitalización de materiales, la creación artística y el análisis del propio medio.

Los otros organizadores de ese foro fueron Rodolfo Mata, por la UNAM, y los representantes de la parte española: María Ángeles Váquez, de la revista digital Ómnibus, e Ignacio Fernández, de Literaturas.com.

Héctor Perea, narrador y ensayista, abundó: “Estamos abarcando el campo de los medios que se hacen como alternativa al del ‘medio libro’. Tenemos escritores, como Cristina Rivera Garza, Alberto Ruy Sánchez y otros más jóvenes, que siguen publicando libros en papel, o artículos, narraciones y poemas en revistas impresas, y hoy están involucrados en el desarrollo de opciones como Twitter, Facebook, blog y otras plataformas que surgen más allá del YouTube”.

Refirió además como ejemplos a la poeta Rocío Cerón, “quien ya está tan involucrada con los medios digitales y con el performance que difícilmente concebiría hacer un libro sólo a la manera antigua”, y la narradora Ana Clavel, quien a la par de una escritura tradicional también recurre a esa representación artística.

En el centro de este ánimo de experimentación se encuentra el hecho de que artistas y académicos “han descubierto que los medios digitales les permiten decir cosas, mostrar aspectos de sus inquietudes creativas que no era posible presentar en el libro impreso o en la publicación periódica de distribución física, porque es muy limitada en el sentido de que muestra apenas una faceta de lo que ellos quieren decir y únicamente en un momento.

“Las nuevas tecnologías –estima Perea– se van a integrar. La televisión y el radio van a manifestarse a través de nuevas tecnologías, pero en realidad nada va a desaparecer por completo... Una cosa importante son los contenidos; conservar el valor de los contenidos y que la basura se deseche lo mejor posible y enseñar a las nuevas generaciones cómo diferenciar entre contenidos valiosos y basura.”

Así, una de las mayores oportunidades del encuentro, evalúa Perea, fue la vinculación que entablan especialistas que logran cosas similares en Centro, Sudamérica y Europa “y que se extiendan esta posibilidad de intercomunicación, que es quizá la virtud mayor del medio y que hemos visto en los movimientos políticos, como en el más actual: los indignados”.

De los participantes en esta segunda edición, destacó el chicano Guillermo Gómez Peña, de quien se presentó en exclusiva su trabajo más reciente, que todavía no circula en Europa. También se exhibieron sus más nuevos videograffitis, inéditos en México.