Corrupción y multimillonarios
s difícil entender por qué un país tan rico en recursos naturales como Rusia tiene –más allá de Moscú, San Petersburgo y otros pocos núcleos urbanos donde la crisis se nota menos– tanto ciudadano con ingresos que, según las estadísticas oficiales, corresponden a pobreza y miseria.
Sesenta y siete por ciento de los habitantes de Rusia gana el equivalente de 100 a 566 dólares mensuales y otro 10 por ciento de 566 a 833 dólares. O sea, casi 80 por ciento de la población de Rusia no alcanza el umbral oficial de medianía, sin hablar ya del de riqueza.
Con el petróleo, gas natural y el largo etcétera de materias primas que exporta este inmenso país al mundo, el nivel de vida en Rusia debería estar muy por encima del actual, con, por ejemplo, accesible asistencia médica y buenos hospitales, pero la esperanza de vida de los hombres apenas llega en esta nación a 61 años, indicador que sitúa al país en el lugar… 160 del orbe en este ámbito.
Al mismo tiempo, en estos 20 años sin la Unión Soviética –que por lo menos aseguraba un mínimo decoroso de seguridad social para todos los habitantes–, la mitad de este tiempo gobernada Rusia por Vladimir Putin, de la medianía soviética social y económica emergieron al menos 95 mil millonarios.
Son personas que –de acuerdo con un reciente estudio del Credit Suisse Private Bank– tienen, por lo menos, un millón de dólares cada uno, pero pueden llegar a acumular hasta más de 20 mil millones de dólares, como los grandes magnates que todo el mundo conoce por sus yates, mansiones, equipos de futbol soccer y derroche irracional.
La cifra impresiona, aunque se queda corta al consignar solamente los ingresos legales. ¿Cómo cuantificar la fortuna de diputados, vicegobernadores, directores generales en ministerios o jefes policiales, que declaran al fisco que ganan cantidades irrisorias y disfrutan de lujosos automóviles de 70 mil dólares o residencias de 3 millones de dólares –o más– a la vista de todos sus compatriotas?
Desde 1992, afirma Marat Musin, profesor de la Universidad Lomonósov, funcionarios públicos y empresarios corruptos lograron sacar de Rusia una suma estratosférica equivalente a 3 millones de millones y 170 mil millones de dólares, lo que podría equipararse con el robo del presupuesto federal de 10 años.
Después de analizar cerca de un millón de empresas rusas, Musin y su equipo de investigadores llegaron a la conclusión de que en los informes financieros de 738 mil de éstas compañías hay evidencias de robo y lavado de dinero. Entre las 50 mil compañías más importantes de Rusia, 80 por ciento incurren en corrupción y sus ejecutivos deberían estar, si realmente las leyes se aplicaran igual para todos los rusos, en la cárcel.