Acapulco, Gro., 26 de noviembre. En esta entidad, tres de cada 10 personas que integran una banda criminal son menores de edad, y al menos otros seis no rebasan los 25 años, fenómeno alarmante, porque son los más comprometidos con la delincuencia, debido a que los grupos generan seducción, y sumarse a ellos se ha convertido en opción ante la falta de oportunidades, advirtió Alberto López Rosas, titular de la Procuraduría General de Justicia de Guerrero, en entrevista con La Jornada.

Reveló que los niveles de violencia han disminuido en los últimos meses gracias a la coordinación interinstitucional, y que la investigación de casos de extorsión vía telefónica o de secuestros virtuales ha llevado a descubrir que hay quienes operan desde el penal de máxima seguridad de Matamoros, Tamaulipas.

–¿Cuál es la situación de la violencia, la reducción en las ejecuciones ya es algo permanente?

–Ahora hay un ambiente de confianza renovada. Hemos logrado una coordinación bastante efectiva con las instancias federales; se ha logrado trabajar de manera conjunta bajo un propósito común, y si bien no podemos decir que la situación está superada, podemos considerar que la violencia está muy disminuida en relación a cómo encontramos el estado en abril pasado. Hay una distensión bastante notable.

Desarticulació y desactivación de grupos delictivos

–¿Los cárteles han sido afectados? –se le inquiere.

–No sabemos cuántos son los delincuentes, dónde están ni quiénes son, pero sí podemos considerar que desde agosto pasado se han desarticulado algunas bandas. También se ha logrado desactivar y neutralizar diversas organizaciones, y ello se refleja en el cese de hechos violentos. Antes (las ejecuciones) eran frecuentes, y ahora son aisladas. Pero esta disminución de los índices delictivos nos obliga a mantener la actividad preventiva y a intensificar la investigación de los delitos.

Los delitos de alto impacto han sido atacados. Por ejemplo, el número de secuestros ha disminuido considerablemente y tenemos algunas manifestaciones de extorsión que se están atendiendo. Hay líneas de investigación que nos conducen al penal de máxima seguridad de Matamoros, Tamaulipas, y a una prisión de Baja California, de donde se han detectado llamadas de secuestro virtual, y hemos encontrado líneas de investigación que nos conducen a dos o tres personas.

–¿Qué tanto ha impactado el crimen organizado en los jóvenes?

–Ellos son las principales víctimas de la violencia, aunque sean victimarios, ya que es alarmante el índice de ese sector poblacional que está involucrado en el sicariato o crimen organizado, o con las bandas delictivas. Tenemos registros de niños de 14 o 16 años; jóvenes de 18, 20 y hasta 24 años. Son los más comprometidos en este oleaje de violencia.

“En una banda, de cada 10 integrantes, 30 por ciento son menores de edad y el resto, adultos jóvenes, con no más de 25 años; todos ellos comprometidos en el crimen organizado.

“Este fenómeno forma parte de la falta de oportunidades y es causado por un ocio involuntario. El crimen va generando una seducción hacia la oportunidad ilícita de obtener un ingreso. Las bandas cada día los van comprometiendo más, y ellos asumen compromisos con las bandas del hampa.

“La delincuencia llega como una opción, y los jóvenes se quedan en ella, y además fomentan la participación de sus amigos, lo que va generando un porcentaje impresionante de adolescentes y jóvenes en sus filas.

Para disminuir esta incidencia tendríamos que volver a un punto de origen: necesitamos no resignarnos a que todo sea la prisión para los adolescentes o los jóvenes. Tenemos que buscar acciones supletorias que permitan su desarrollo y ofrecerles oportunidades, programas sociales que los impulsen desde la adolescencia, señaló el procurador guerrerense.