Único solicitante de registro como precandidato presidencial del Partido Revolucionario Institucional (PRI) ante la Comisión Nacional de Procesos Internos (CNPI), Enrique Peña Nieto encabezó –una vez desahogado el trámite– un mitin en el cual aseguró: no permitiremos que nuestra democracia se ponga en riesgo. El país quiere dejar atrás la división, el encono, el debilitamiento de las instituciones y el deterioro de los valores de la sociedad, aseguró.

El ex gobernador del estado de México habló además del miedo, zozobra y desánimo predominantes en la sociedad mexicana, pero también del surgimiento, dijo, de una fuerza creciente, optimista y segura de la llegada de tiempos mejores.

Se presentó como quien aspira a servir a un país, en el que todos puedan escribir su propia hazaña de éxito y militante del partido que gobierna mejor, da resultados y sí cumple; ofrece soluciones y no ilusiones y tiene el mejor proyecto para la nación.

Nacido en Atlacomulco hace 45 años, Peña Nieto se convirtió ayer en el virtual candidato electo del tricolor. Dicha condición se formalizará el próximo 17 de diciembre por dictamen de la CNPI, pues así está considerado, cuando se trate de un solo aspirante, en el apartado cuarto de las bases de la convocatoria emitida el pasado 14 de este mes por el Comité Ejecutivo Nacional del PRI.

A las 12:15 horas, Peña Nieto llegó al auditorio Plutarco Elías Calles de la sede nacional de su partido para solicitar su registro. Ahí lo aguardaban cientos de priístas del estado de México –alcaldes, diputados federales y locales y ex mandatarios de esa entidad, todos portando corbatas rojas– y la mayoría de los gobernadores del país emergidos de las filas del tricolor. Él se presentó acompañado de su familia y entregó la documentación reglamentaria para solicitar su registro.

Dijo llevar consigo el respaldo de los sectores y las organizaciones afiliadas al PRI, así como de su estructura territorial y de todos los comités directivos estatales.

Ahí, y minutos más tarde al dirigirse a militantes provenientes de todo el país (y abrumadoramente llegados desde el estado de México y Veracruz), dijo vivir el momento más trascendental de su vida personal y política.

Planteó su interés por ser el candidato del compromiso con México y adelantó el triunfo del PRI en las urnas, haciendo “buena, madura y constructiva política. Aquella –insistió– que suma, transforma realidades, aglutina; una política para mejorar la vida de la gente, de diálogo, acuerdos y resultados”.

Dedicó renglón aparte al senador Manlio Fabio Beltrones (ausente en la sede priísta), quien hasta el pasado día 22, cuando declinó, era el otro interesado en participar en el proceso interno para la obtención de la candidatura. Su decisión contribuye a nuestra unidad y a una mejor condición para la competencia electoral, y agradeció su participación y profesionalismo político.

El discurso de Enrique Peña fue de corte eminentemente militante. Pasó por reivindicar al PRI como un partido plural y diverso a una organización con historia e ideas de futuro y escritora de la historia moderna del país. En suma, indicó, un instituto que ha sido y seguirá siendo el gran constructor de México.Si los priístas –dijo– fuimos parte central en la construcción del siglo XX, hoy nuestra misión es contribuir a la grandeza del México del siglo XXI.

El tricolor, insistió, está preparado para competir y ganar en la democracia y tiene decisión y capacidad para resolver las demandas de la población. Sabemos que la causa de la verdadera política es la transformación social.

Fue una pieza oratoria en la que se cuidó al extremo de no hacer explícita ninguna oferta ni promesa política para –se dijo– evitar se pudiera considerar como acto anticipado de campaña.

Por eso, sus compromisos fueron, ante todo, para con los priístas: cuidar la unidad del partido. Todos los militantes cuentan, todos suman y todos son importantes; privilegiar las ideas, propuestas y compromisos, y hacer que las causas de México sean las del PRI.

Ofreció también no caer en las provocaciones de nuestros opositores, y obtener el respaldo ciudadano con oferta política y nunca con ataques y calumnias.

El mexiquense fue el único orador del mitin y habló de sus aspiraciones de llegar a la titularidad del Poder Ejecutivo, en un México democrático y de resultados, seguro y en paz, de mayor igualdad social y con crecimiento económico para generar empleos y mayores oportunidades para todos.

En punto de las dos de la tarde, hora límite para el registro de precandidatos, el senador Pedro Joaquín Coldwell, presidente de la CNPI levantó la sesión abierta desde las 10 de la mañana y confirmó: sólo hubo un aspirante registrado, Enrique Peña Nieto.