La Coalición contra el Tráfico de Mujeres y Niñas en América Latina y el Caribe (Catw-lac, por sus siglas en inglés) y la familia de Adriana Morlett Espinosa, desaparecida el 6 de septiembre de 2010, confirmaron ayer que el cráneo encontrado en diciembre del año pasado sí corresponde a la estudiante.

Con base en estudios realizados en un laboratorio de Estados Unidos, se llegó a la conclusión de que los restos hallados en un paraje del Ajusco pertenecen a la alumna de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Mediante un comunicado en su cuenta de Twitter, la familia de Morlett señaló que con profundo dolor y tras meses de búsqueda incansable, desesperación y angustia, recibió un informe del Equipo de Antropólogas Forenses Argentinas, en el cual se confirmó que los restos óseos encontrados el 19 de diciembre de 2010 en Tlalpan sí corresponden a Adriana Morlett Espinosa.

Las lamentables y violentas circunstancias en que fueron encontrados una parte de sus restos y el papel de las autoridades nos llevan a demandar con mucha más rabia e indignación el esclarecimiento de estos hechos, por lo que la familia Morlett Espinosa solicita a la procuradora general de la República, Marisela Morales, que sea la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada la que continúe con la indagatoria de los hechos hasta su total esclarecimiento, indicaron.

Para nosotros, su familia, es difícil en estos momentos superar esta pérdida, porque albergábamos la esperanza de recuperar a nuestra hija, pero ahora lanzamos un grito desgarrador que exige justicia para Adri. Ahora, la sociedad se suma a la lucha para encontrar a los asesinos de Adriana Morlett Espinosa y exigir a las autoridades castigo a los culpables de este inexplicable y horrendo homicidio hasta que se haga justicia, se esclarezcan los hechos y se castigue a los culpables, agregaron.

Por su parte, la Catw-lac se sumó al comunicado de la familia de la estudiante y anunció que se adhiere a la lucha para encontrar a los asesinos y exigir a las autoridades que no quiten el dedo del renglón hasta hacer justicia a esta joven.

La última vez que se supo de Adriana Morlett fue el 6 de septiembre de 2010, fecha en que la estudiante estuvo en la Biblioteca Central de la UNAM, donde acudió a solicitar en préstamo el libro Arquitectura, teoría y diseño de contexto.

De acuerdo con las investigaciones de la familia, al salir de la biblioteca vio a Mauro Alberto Rodríguez Romero, estudiante de quinto semestre de la Facultad de Sicología, también de la máxima casa de estudios.

Se dirigieron al departamento de él, en la colonia Santo Domingo, donde supuestamente Morlett vio un sofá que quería comprar, y después la joven tomó un taxi alrededor de las 20:30 horas en el cruce de las avenidas Aztecas y Nezahualpilli. Después de ello no se volvió a saber de ella.

Aunque posteriormente se comprobó que el libro que sacó Morlett ya había sido devuelto a la Biblioteca Central, las investigaciones no pudieron aclarar quién lo hizo, ni si dicha persona estuvo relacionada con la desaparición de la joven.