Más de 300 migrantes se manifestaron ayer por las principales avenidas de Mexicali, Baja California, para exigir apoyo gubernamental y la entrega inmediata de cobijas y colchonetas para protegerse del frío.

La marcha, organizada por el Frente Cívico Mexicalense, se inició en un hotel ubicado en la avenida Madero, a una calle de la garita entre México y Estados Unidos, rentado para dar posada a decenas de migrantes deportados de Estados Unidos y a personas que viven en la calle.

El dirigente de la citada organización civil, Sergio Tamai Quintero, dijo que la ayuda que entregan las autoridades es insuficiente, pues en Mexicali la temperatura baja hasta dos grados centígrados por la madrugada.

Los manifestantes protestaron ante oficinas del Instituto Nacional de Migración, del Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) de Baja California, de la Secretaría de Desarrollo Social estatal, del ayuntamiento de Mexicali y del Congreso local. Previamente recorrieron 10 kilómetros por las avenidas Obregón y Justo Sierra, así como el bulevar López Mateos, hasta llegar al centro cívico de la capital de Baja California.

Retiene la Patrulla Fronteriza pertenencias de indocumentados

Las organizaciones no gubernamentales (ONG) Centro de Derechos Humanos del Migrante (CDHM) y Unión Americana por las Libertades Civiles de Nuevo México aseguraron que agentes de la Patrulla Fronreriza estadunidense retienen ilegalmente pertenencias de personas deportadas por El Paso, Texas.

Las ONG sostuvieron que los uniformados exigen en la central de autobuses de El Paso documentos a personas que regresan a México y les quitan sus pertenencias. Esta práctica se ha incrementado 400 por ciento en los tres años recientes, aseguraron.

Los organismos civiles expusieron el caso de una persona a la que sólo identificaron como Nicolás, un paisano de 57 años de edad que pretendió volver a México para encontrarse con su familia, luego de pasar unos años viviendo y trabajando honradamente en Estados Unidos.

Nicolás decidió regresar este año a México, y cuando viajaba en un autobús que lo llevaría de El Paso a Ciudad Juárez, Chihuahua, oficiales de la Patrulla Fronteriza interceptaron la unidad, le ordenaron bajar y lo deportaron, luego de quitarle cuatro cajas y una maleta con ropa y herramientas.

Dos días después recuperó las cajas, con apoyo del CDHM y del Programa de Repatriación Humana, pero la maleta no apareció y nadie se hizo responsable.

Lizeth Martínez, coordinadora jurídica del CDHM, explicó que muchas personas pierden sus pertenencias al ser interceptadas por autoridades migratorias.