Viernes 9 de diciembre de 2011, p. 36
Morelia, Mich., 8 de diciembre. Más de mil 200 integrantes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) se plantaron frente al Congreso local para exigir a los legisladores que frenen la iniciativa de Ley de Educación, que, dijeron, beneficiaría a los empresarios del sector y mantendría marginada a la población más desprotegida.
Jorge Cázares Torres, dirigente magisterial, advirtió que tomarán la sede del Legislativo si los diputados locales aprueban la reforma, porque no se tomaron en cuenta las opiniones de padres de familia y maestros.
Cázares Torres insistió en que esta ley, a la cual se dio primera lectura en diciembre de 2010, atenta contra los intereses laborales del magisterio, porque busca la privatización de la educación, pretende inclinar el sistema educativo hacia la formación en competencias y está basado en un modelo pedagógico producto de políticas neoliberales.
Mientras, moradores de la casa del estudiante de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, que mantienen ocupadas las instalaciones de la institución desde hace tres días, intensificaron sus protestas.
Demandaron que las autoridades universitarias les garanticen por escrito que la Procuraduría General de la República no los detendrá, pues hay 11 órdenes de presentación por haber utilizado bombas molotov en la toma de la universidad el primero de septiembre.
Por la mañana los paristas secuestraron dos vehículos del gobierno estatal y uno del federal para trasladarlos a la ciudad universitaria, donde amenazaron con incendiarlos en caso de no obtener respuesta favorable a sus exigencias.
Asimismo, se apoderaron de las facultades de Medicina, Derecho y Letras. Las medidas de presión incluyen un bloqueo en la avenida Madero, principal arteria de Morelia. Además, han formado vallas humanas para repeler cualquier intento de ingreso a las instalaciones de la universidad.
Al mediodía, menos de 50 estudiantes regulares derribaron las rejas de la entrada a la ciudad universitaria e intentaron recuperar las instalaciones, pero los paristas los superaron en número y los repelieron. Los inconformes intentaron colocar nuevamente la puerta de acceso y la reforzaron con una barricada de bancas y butacas.
Aproximadamente 300 estudiantes controlan las instalaciones y mantienen sin clases a 57 mil alumnos.
El rector Salvador Jara Guerrero convocó a la comunidad universitaria a la prudencia. Insistió en que este movimiento no tiene razón de ser y no descartó que algún sindicato o grupo político esté detrás de sus acciones.
Dijo también que una vez que concluya el paro convocará al Consejo Universitario para que se sancione a quienes recurran a la ocupación de instalaciones.