Monterrey NL, 8 de diciembre. La advertencia sobre la intromisión de los criminales en las elecciones no fue por mi hermana ni por los resultados electorales en Michoacán, ni es personal o partidista, aclaró el presidente Felipe Calderón.

En medio del debate con Enrique Peña Nieto, precandidato presidencial del PRI, el Presidente indicó que en Michoacán el crimen bajó de la candidatura a 50 aspirantes de PRI, PAN y PRD, porque les dijeron: o te alíneas o con nosotros o te desaparecemos, por lo que renunciaron.

La presencia y el riesgo de grupos criminales en procesos electorales no es un asunto de un partido político, de que una candidata de Michoacán haya sido mi hermana (Luis María Calderón) o no, ni siquiera el resultado de la contienda. El hecho en sí mismo es grave, no para un partido, para todos. Debemos repudiarlo porque es malo para los partidos y los ciudadanos. Y por eso, entre todos debemos toparlo y frenarlo a como dé lugar. Por eso no podemos admitirlo, debemos rechazarlo.

Reiteró que varias autoridades son amenazadas con la ley de plata o plomo, y recordó el asesinato de varios alcaldes. Luego, en Tamaulipas, hizo referencia a los hechos terribles que ha vivido esa entidad, como el crimen del ex candidato a gobernador Rodolfo Torre Cantú o el hallazgo de fosas clandestinas en San Fernando.

Mientras se proyectaba en pantallas una presentación en Power Point, mostró antes varias estadísticas y mapas sobre cómo se modificó la geografía del narcotráfico en México y cómo se ha incrementado el precio de la gasolina desde los gobiernos de extracción del PRI.

Dijo que aumentó 445 por ciento de 1971 a 1976, casi mil 300 por ciento de 1988 a 1988, 118 por ciento en la administración de Carlos Salinas de Gortari, 135 por ciento en la de Ernesto Zedillo y 30 por ciento en su gobierno. A propósito de los índices de devaluación registrados en este sexenio, rememoró cuando decían: ya nos saquearon, no nos volverán a saquear, en referencia a José López Portillo, otro ex presidente priísta.

Vejez a la sombra de un arbolito

Al iniciar su sexto y último año de gobierno, Calderón, quien ya suele hablar sobre su futuro, esta vez dijo: Yo espero que Dios me dé una vejez que esté a la sombra de árboles que he plantado.

Criticó en varias ocasiones al Congreso por no haber aprobado reformas que ha propuesto, como la política.

(Con información de David Carrizales y Alejandra Arroyo)