Nada hará cambiar el rumbo
, dice la mandataria argentina
Sábado 10 de diciembre de 2011, p. 23
Buenos Aires, 9 de diciembre. En una ceremonia sobria, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, relecta en octubre pasado para un segundo mandato, asumirá el cargo –que dejará en diciembre de 2015– junto con el vicepresidente Amado Boudou, jurando ante la Asamblea Legislativa, rodeada por mandatarios de la región y delegaciones diplomáticas que desde este viernes comenzaron a llegar al país.
Después del acto central la mandataria se trasladará a la Casa Rosada, junto a la que se encuentra el Museo del Bicentenario, en la ex Aduana Taylor, donde pondrá en funciones al nuevo gabinete, conformado por la mayoría de los actuales ministros, secretarios y funcionarios.
Fernández habló hoy en el municipio de La Matanza, donde afirmó: Nada ni nadie nos hará cambiar el rumbo
.
Un problema que produjo tensión y debates en días recientes fue si debía tomar juramento el vicepresidente saliente, Julio Cleto Cobos, quien se mantuvo en el cargo a pesar de que en julio de 2008 votó contra una medida de la presidenta en el marco de un largo paro de entidades rurales con evidentes intenciones golpistas. Cobos se puso al frente de una virulenta oposición y nunca dejó el puesto. Fernández puso fin a la polémica al ordenar, hace dos días, que se cumpliera el protocolo, tal como está establecido, saliendo al paso a la situación.
El presidente de Bolivia, Evo Morales, fue el primero en llegar al país, mientras en las próximas horas lo harán los mandatarios de Brasil, Paraguay, Uruguay y Chile.
Los presidentes de Venezuela y Colombia, Hugo Chávez y Juan Manuel Santos, tuvieron que suspender sus viajes por las inundaciones en sus países. Tampoco vendrá el de México, Felipe Calderón, quien envió a su canciller, Patricia Espinosa.
Mañana se esperan grandes manifestaciones y la presencia de miles de jóvenes para acompañar a la mandataria. En Plaza de Mayo se realizará un festival popular con importantes artistas.
Fernández reasume el gobierno con el mayor apoyo desde que comenzó la recuperación democrática, es decir, a finales de 1983.
Tras haber pasado momentos difíciles –uno de los más fuertes fue la muerte de su esposo, Néstor Kirchner, el 27 de octubre de 2010–, Fernández mostró fortaleza no sólo para afrontarlos, sino en todos los casos dio pasos adelante.
Como consecuencia de los sucesos de 2008, el año siguiente perdió diputados y senadores en elecciones. Algunos legisladores que subieron gracias al oficialista Frente para la Victoria abandonaron el barco pensando que se hundiría.
Pero no sólo reflotó, sino adoptó medidas, como recuperación de pensiones, empresas privatizadas –Aerolíneas Argentinas–, pasos gigantes para la reindustrialización y recuperación nacional.
También se logró la ley de medios –uno de los ejemplos más democráticos de elaboración de una legislación–; la Asignación Universal por Hijos, lo que disminuyó ostensiblemente la pobreza; ayuda para madres solas o en situación de pobreza, y otras normas y pasos audaces no menos importantes desde el punto de vista social, educativo y cultural, manteniendo la política de derechos humanos para erradicar la impunidad y una política exterior de unidad regional, encabezando incluso acciones en defensa de otros gobiernos democráticos.
Todo ello llevó al contundente triunfo, aunque la presidenta advierte que viene un tiempo de grandes desafíos y profundización del modelo en lo social.
Por otra, el jefe de gobierno de Buenos Aires, Mauricio Macri, de la derechista Propuesta Republicana, asumió su segundo mandato tras ser relecto en junio pasado.