úblicamente confrontados, según promueven, dos de los tres precandidatos panistas se culpan mutuamente de lo que al final de cuentas ambos contribuyeron, de forma decidida y desde posiciones de primer nivel, a construir: el rotundo fracaso de los dos gobiernos blanquiazules que ha padecido el país. Josefina Vázquez Mota acusa a Ernesto Cordero y éste a aquélla, mientras Santiago Creel –el tercero en discordia, también según ellos–, considera que tal enfrentamiento no es otra cosa que incidentes sin trascendencia (o como diría Arturo de Córdova, no tiene la menor importancia) y se mantiene al margen de la discusión, no vaya a ser que le recuerden en público su paso por Gobernación y los suculentos permisos que desde esa posición otorgó a Televisa para que incursionara en el oscuro negocio de los casinos.

En el centro de las acusaciones está una de las más lacerantes realidades del país: la pobreza. Ella asegura que logró reducirla de poco más de 23 millones a 14 millones de mexicanos, aunque ese índice volvió a subir en las gestiones que le sucedieron, en alusión a que Ernesto Cordero llegó después de ella a la Secretaría de Desarrollo Social (La Jornada, Georgina Saldierna), de tal suerte que los ciudadanos pueden decidir sobre una opción que ha bajado la pobreza o una alternativa que construye más pobres y lo sabe hacer rápidamente... una que cree que se puede vivir con 6 mil pesos al mes.

El delfín del inquilino de Los Pinos reviró con el discurso ramplón de su jefe: a la ex vendedora de pinturas Comex “se olvidó mencionar que el aumento de la pobreza se registró por la crisis económica generada en el extranjero –según él–, de 2009, y también se olvidó que el Ejecutivo amplió en ese momento los programas alimentarios en 60 por ciento para ayudar a los más pobres de los pobres”. Josefina Vázquez Mota fue titular de la Secretaría de Desarrollo Social del primero de diciembre de 2000 al 6 de enero de 2006, cuando se fue a la campaña de Felipe Calderón. Ernesto Cordero fue secretario de Sedeso del 15 de enero de 2008 al 9 de diciembre de 2009, cuando su padrino lo nombró titular de Hacienda. Ambos dicen no ser responsables del incremento en la pobreza.

El hecho concreto es que en los dos gobiernos panistas (Fox-Calderón), con sus cinco secretarios de Desarrollo Social (los citados, más Ana Teresa Aranda, Beatriz Zavala Peniche y Heriberto Félix Guerra, en funciones) la pobreza en el país se incrementó alrededor de 10 por ciento, de acuerdo con las cifras oficiales (Coneval), al pasar de 52.7 millones de mexicanos en diciembre de 2000 a 57.7 millones en igual mes, pero de 2010. Sin duda alguna, el que peor sale parado es el inenarrable Ernesto Cordero.

El registro oficial reconoce que con Vázquez Mota en la Sedeso el número de mexicanos pobres pasó de 52.7 millones a 45.5 millones. Para el caso del delfín del inquilino de Los Pinos, esta última se vio generosamente incrementada a 57.7 millones durante su paso por la Secretaría de Desarrollo Social y, de remate, por Hacienda, la institución que parte y comparte los dineros públicos. En síntesis, 5 millones de mexicanos más en pobreza en 10 años de gobiernos panistas, para Creel es un asunto que no tiene la menor importancia.

A Cordero se le complica el panorama cuando asevera, como su jefe en Los Pinos, que el aumento de la pobreza se registró por la crisis económica generada en el extranjero, de 2009, y que el Ejecutivo amplió en ese momento los programas alimentarios en 60 por ciento para ayudar a los más pobres de los pobres. Y es así, porque en el primer bienio del calderonato oficialmente no hubo crisis; por el contrario, eran los mágicos tiempos del navío de gran calado y el futuro venturoso presumido un día sí y el siguiente también por Felipe Calderón, el mismo que prometía (creo que todavía lo hace) de que en el año 2040 México será la quinta potencia económica mundial.

Pues bien, en ese bienio sin crisis y con la dupla Zavala-Cordero en la Secretaría de Desarrollo Social, el número de pobres en el país aumentó 15 por ciento, de 45.5 millones a 52.3 millones, es decir casi 7 millones de personas adicionales (siempre según la información del Coneval). Ese fue el saldo de los tiempo de no-crisis (Calderón-Cordero dixit), pero después llegó la crisis (que fue externa), oficialmente reconocida como tal sólo hasta octubre de 2008 (antes no era más que un catarrito). Y la sacudida pegó en el padrón de depauperados: de 52.3 millones en 2008 se incrementó a 57.7 millones al cierre de 2010 (ya con el delfín en Hacienda), 5.4 millones de mexicanos más en tan lamentable situación, de tal suerte que sin crisis el número de pobre creció más que en tiempos de crisis, de acuerdo con la versión que comparten el padrino y el ahijado. En síntesis, durante su paso por Sedeso y Hacienda (donde se parte y comparte el dinero público) la pobreza avanzó 27 por ciento.

Más que una respuesta a Vázquez Mota, la segunda parte de la frase corderiana (el Ejecutivo amplió en ese momento los programas alimentarios en 60 por ciento para ayudar a los más pobres de los pobres) en realidad es un llamado de atención al inquilino de Los Pinos, pues si, como dice el delfín, aumentaron los recursos para el fin señalado, ¿por qué en cuatro años se incrementó en 6.5 millones el número de mexicanos en pobreza alimentaria? En caso de que sea correcto el dato que aporta el ex titular de Hacienda, entonces lo que realmente queda claro es que ese gasto público se ejerció de forma totalmente improductiva, o de plano se gastó en otros menesteres. Así, lo conducente sería una auditoría.

En fin, lo que presume Vázquez Mota y lo que dice Cordero no sirve de nada: 10 años de panismo se traducen, entre otras maravillas, en un incremento de 10 por ciento en el número de pobres, sin considerar a los millones que, por la misma causa, emigraron hacia el dorado norte. Allí está el caso de los municipios más pobres entre los pobres, cuya miseria se incrementó. En síntesis, otra década perdida a la que los panistas ahora confrontados mucho aportaron. Y falta por considerar los resultados del último bienio calderonista.

Las rebanadas del pastel

Ahora que si de buenas noticias se trata, para 2012 el salario mínimo aumenta 2.4 pesotes diarios (el lunes le entramos al tema). Eso sí, para contrarrestar, de entrada, el súper incremento al ingreso y estimular el espíritu navideño, hoy nuevo gasolinazo cortesía del gobierno calderonista; en 12 meses de 2011, 12 incrementos en los precios de gasolinas y diesel, para vivir mejor, desde luego.

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