Los hundimientos han afectado edificios, pero no hay dinero para obras de mantenimiento
Temporada de lluvias, la peor, debido a las filtraciones y agua acumulada, según empleados
Martes 13 de diciembre de 2011, p. 37
Entre ventanales descuadrados, fisuras en los muros y ocasionales desplomes del techo desarrollan sus actividades los trabajadores de la Dirección General de Desarrollo Social de la delegación Tláhuac. Para las cerca de 200 personas que diariamente laboran en el área las oficinas son un riesgo.
Ante el crecimiento poblacional en la demarcación, se tuvieron que ampliar las áreas administrativas del gobierno delegacional para atender las necesidades de la ciudadanía, en consecuencia se habilitaron más espacios como oficinas.
En el predio que ocupa- ba hace 45 años el Hospital Materno Infantil, se instaló la Dirección General de Desarrollo Social. Los dormitorios y cubículos de médicos y enferme- ras fueron adecuados para oficinas y centros de atención a la ciudadanía.
A pesar de que el inmueble ha resistido los hundimientos diferenciados en el subsuelo, –pues Tláhuac se edificó sobre un suelo pantanoso–, el edificio muestra deterioro evidente.
El movimiento ha fracturado los techos y muros, pese a lo cual la delegación no cuenta con recursos para hacer los trabajos de mantenimiento. El rubro ni siquiera aparece en la asignación de presupuesto para las delegaciones.
El principal problema que tienen los edificios de la delegación, son las fisuras, porque los inmuebles se agrietan debido a los hundimientos y las vibraciones, reconocieron las autoridades. Además la temporada de lluvias es la peor época, según los administrativos, debido a las filtraciones y acumulación de agua en los muros. Para evitarlas en algunos casos se hicieron lloraderos
(orificios que permiten el desagüe).
Tláhuac también padece las malas obras que hicieron en administraciones anteriores. Una de ellas y reciente es el Campamento número 5 donde se encuentran la Dirección de Seguridad Pública y el área de limpia de la delegación.
El edificio con apenas 10 años de funcionamiento, fue edificado en la administración de Francisco Martínez Rojo, por las empresas del Grupo Quart, propiedad de Carlos Ahumada. El inmueble ha sido sometido a trabajos de recuperación, pese a ello reporta grandes fallas.
Sólo con la circulación de los camiones recolectores de basura, que diariamente entran y salen del lugar, el edificio se ha fisurado. La caseta de seguridad prácticamente tiene los vidrios estrellados que fueron reforzados
con telas adhesivas por los mismos guardias de seguridad. Para impedir que en tan corto tiempo se deteriora el inmueble, previo a su construcción se debió hacer un estudio y análisis del suelo de la delegación.
