Esta vez, la frase protocolaria del presidente del Instituto Federal Electoral (IFE), Leonardo Valdés Zurita, se escuchó con un dejo de ironía: Solicito al secretario verificar si hay quórum. Por primera vez en 14 meses, el Consejo General del instituto se aprestaba a sesionar como dispone la Constitución: con todos los integrantes en pleno.

María Marván Laborde, Lorenzo Córdova Vianello y Sergio García Ramírez –los tres doctores en sus respectivas especialidades– tomaron posesión de su cargo y pusieron fin a una etapa de desgaste y cuestionamientos acerca de la legitimidad que pesaban sobre el IFE.

Designados por consenso 410 días después de lo que ordena la Constitución, los nuevos consejeros de inmediato esbozaron lo que será su desempeño.

Marván Laborde, hasta ayer comisionada del Instituto Federal de Acceso a la Información, habló de la importancia para la democracia de tener mayor protagonismo, porque “la concentración del poder económico debe ser neutralizada mediante el constante fortalecimiento de ciudadanos empoderados. (…) Asumo que una de las tareas más complicadas del IFE es trabajar por lograr en la contienda electoral cierto equilibrio entre los muchos y los poderosos”.

Hizo alusión a los medios de comunicación y al embate que han emprendido contra el IFE. Señaló que parte de la crisis del instituto se debe a la crítica de los sujetos que han sido regulados y sancionados. Aseguró que los medios de comunicación tienen gran responsabilidad en la defensa de la democracia y sus instituciones; la crítica y el debate son la sangre y el oxígeno de la democracia; el compromiso ético de los medios, una exigencia ciudadana.

Marván sostuvo que no puede haber democracia sin partidos, pues su existencia es consustancial a la democracia moderna. Sin partidos auténticos y legítimos las elecciones son refrendos autoritarios que buscan legitimar lo ilegitimable; los partidos y las elecciones son condición necesaria pero nunca suficiente de la democracia.

Córdova Vianello destacó que el proceso de transición democrática y la construcción de las instituciones ha tenido que sortear con frecuencia visiones cortoplacistas y la mezquina preminencia de intereses que hacían peligrar los avances construidos, y en esa lógica ubicó el accidentado proceso de selección de consejeros.

Calificó de fundamental la reforma de 2007-2008, porque afianza los principios de equidad en la contienda y resolvió la difícil relación medios-dinero y elecciones, apostando por un modelo de comunicación que ha sido introducido en otras democracias consolidadas. Reconoció que la reforma afectó intereses y a muchos no les gustó, al punto que nunca antes una reforma fue sometida a tal descrédito.

Sin embargo, dijo que su aplicación en más de 50 procesos electorales locales y federales en cuatro años acreditan su vigencia, aunque haya muchas áreas que se requeriría corregir. Consideró que el IFE enfrenta grandes desafíos en la organización de las próximas elecciones, pero de ninguna manera son insuperables, y recordó que antaño, a partir del Servicio Profesional Electoral, el IFE ha cumplido con sus responsabilidades organizativas cual relojería suiza.

García Ramírez habló sobre la larga marcha electoral que ha realizado el país y el perfeccionamiento institucional de los últimos años. Asumió que hay una tarea intensa para el futuro cercano y lejano, que consiste en consolidar los cimientos para el desarrollo de la democracia mexicana, no sólo la electoral, sino integral.

Con los parabienes de todos los partidos y los consejeros, se concretó, un año después, el relevo de los ex consejeros Virgilio Andrade, Arturo Sánchez y Marco Antonio Gómez Alcántar.

En su oportunidad, Valdés Zurita destacó que durante los 14 meses que no estuvo plenamente integrado, el IFE pudo sortear con éxito todas sus responsabilidades. Sostuvo que con el perfil que tienen los nuevos consejeros y su vinculación al ámbito electoral la curva de aprendizaje será de unas cuantas horas.

Este viernes se reunirán los consejeros para restructurar las comisiones que durante más de un año estuvieron integradas temporalmente por los cinco consejeros que podían participar en ellas, porque Valdés no puede hacerlo, así como para definir si continúa el apoyo extraordinario de 150 mil pesos que se asignaron hace dos meses, por la excesiva carga de trabajo derivada de la falta de tres consejeros.