Sábado 17 de diciembre de 2011, p. 7
El perredista Guadalupe Acosta Naranjo, recién designado presidente de la mesa directiva de la Cámara de Diputados, envió una carta a La Jornada en la que hace algunas precisiones sobre la manera en que se modificó el pasado jueves el artículo 24 constitucional.
En la misiva, el legislador afirmó que gracias a la exitosa negociación de tres distinguidos diputados del grupo del PRD, Alejandro Encinas, Enoé Uranga y Teresa Incháustegui, se pudo detener la intención de vulnerar al Estado laico, del cual soy un convencido defensor. Ninguno de los tres pertenece a la corriente Nueva Izquierda
.
Enfatizó que se excluyó del dictamen lo referente a la educación religiosa, el manejo de medios de comunicación por las iglesias, y se mantuvo el tercer párrafo vigente, acerca de que las ceremonias religiosas se realizarán de manera ordinaria en los templos, y de forma extraordinaria en lugares públicos, de acuerdo con la ley reglamentaria.
Con base en lo anterior, anotó, es incorrecto afirmar que los diputados le abrieron la puerta a la Iglesia para oficiar en público
, ya que se agregó la prohibición expresa para que en actos religiosos se haga política o proselitismo.
Además, se logró cambiar la redacción para que quedara claro que el derecho tutelado en el artículo 24 de la Constitución, es el de las personas a creer o no, a participar o no de los eventos religiosos, y no de las instituciones religiosas o ministros de culto para practicar sus ceremonias
.
Tras insistir en que la bancada perredista votó dividida porque se trata de un tema muy sensible
y hubo notorias fallas en el procedimiento, Acosta afirmó que su llegada a la mesa directiva de la Cámara obedeció a un acuerdo formulado el 1º de septiembre, y no porque hubiera una negociación con el PRI y el PAN para avalar la reforma.