Domingo 18 de diciembre de 2011, p. a20
Ya se acerca el quebradero de cabeza de pensar qué regalar en estas fiestas de fin de año. Una de las mejores opciones es, y será siempre, un libro... aunque suene a cliché. Y como suele ocurrir en estos días salen al mercado muchas novedades y también es posible rencontrarse con esos clásicos que a veces cuesta trabajo volver a ver en los anaqueles de las librerías.
Llega, por ejemplo, El temor de un hombre sabio (Plaza y Janés), de Patrick Rothfuss, la continuación de la saga Crónica del asesino de reyes, que parecía que nunca iba a ser publicado debido a que su autor logró fama internacional con la primera parte, o primer día, para los seguidores, y con ella se multiplicaron las presentaciones de libros, las firmas de autógrafos, fue papá por primera vez, y eso atrasaba cada vez más la edición.
El primer libro, El nombre del viento, (véase La Jornada 30/08/2009 en esta misma sección) se convirtió en un best seller casi de manera inmediata, y ha sido traducido a unos 30 idiomas. Continúa la historia de Kote (en inglés Kvothe) en un mundo fantástico. Ahora habrá que esperar otro rato a la publicación de la crónica del tercer día. Lo mejor de todo es que, hasta el momento, no ha habido intenciones de llevarlo a la pantalla como sí ocurrió con Juego de tronos, que no llegó al cine pero sí a la televisión de paga, que es la primera parte de la saga Canción de hielo y fuego, del estadunidense George R. R. Martin.
Esta serie constará de cinco libros –los siguientes son Choque de reyes, Tormenta de espadas, Festín de cuervos y Danza de dragones. Ambientada en el mundo de los Siete Reinos, donde la magia es parte de lo cotidiano, ha vendido unos 20 millones de ejemplares.
Con las dos títulos anteriores han pasado dos mundos mágicos. El tercero es este mundo, pero en 1930, donde el guía no es un adulto, sino un niño huérfano, ladrón de juguetes y relojero que habita en una estación de trenes de París. Se llama La invención de Hugo Cabret, publicado por el sello SM.
Este es uno de esos libros uno en un millón
, en el que la historia, en realidad, no es contada con palabras. De hecho es poco el texto que conforma la obra de Brian Selznick: son las ilustraciones las que convierten al libro en una película llena de detalles, una lectura diferente, mágica, quizá por eso Martin Scorsese la eligió para llevarla a las pantallas en tercera dimensión. (Apenas esta semana fue nominada como mejor película de drama en los Globos de Oro.)
La fórmula, para mí, siempre es: primero leer el libro luego, si quiere, ver la película (se pierde demasiado al convertir las páginas de papel a cuadros por segundo).
Entre los clásicos que regresan están Historia de la eternidad e Historia Universal de la infamia, de Jorge Luis Borges, editados en la colección Debolsillo. El primero reúne varios tratados, mientras el otro es un libro de ficción, aunque en realidad con Borges nunca se sabe.
Otro es La peor señora del mundo, de Francisco Hinojosa e ilustrado por Rafael Barajas, El fisgón, que se publicó por primera vez en 1992 y a la fecha lleva 17 reimpresiones... eso lo convierte en un clásico para niños y niñas, adolescentes, adultos y abuelitos.
Texto: Ericka Montaño Garfias