Lunes 19 de diciembre de 2011, p. a42
Para la corridas de Navidad y Año Nuevo, el empresario Rafael Herrerías presentará dos carteles de relleno, que sin embargo serán parte del serial de 12 festejos que garantiza el derecho de apartado.
El 25 de diciembre partirá plaza el diestro español Eduardo Gallo, acompañado de tres mexicanos, que a pesar de los años que llevan en el cuento no han dado color todavía. Ellos son Emiliano Gamero, Alfredo Gutiérrez y Alejandro Martínez Vértiz.
Gallo nació en noviembre de 1984 en Salamanca, no lejos de Madrid. Aunque su familia no es aficionada a los toros, dicen sus biógrafos, se enamoró de la fiesta desde que era niño, y asistió a clases a la Escuela Salmantina de Toreo con maestros como Juan José y José Ignacio Sánchez. Debutó a los 16 años en una becerrada de la localidad de Pelabravo.
El 5 de julio de 2003, en la plaza francesa de Bourg-Madame, mató su primera novillada con picadores y cortó dos orejas. Durante el resto de ese año obtuvo 44 más y ocho rabos. En 2004 visitó triunfalmente los cosos de Olivenza, Valencia, Arles, Zaragoza y otros, cosechando nuevos trofeos y acumulando méritos para pisar, al fin, la arena de Las Ventas, sobre la cual, el 17 de mayo cortó una oreja a un novillo de Román Sorando.
Luego actuó en Santander, Sevilla, Pamplona y Nimes, y tomó la alternativa en San Sebastián, el 9 de agosto de 2004, alternando con el maestro colombiano César Rincón, su padrino, y el ex niño prodigio, Julián López El Juli, que atestiguó la ceremonia. Gallo cortó esa tarde una oreja a cada uno de sus toros y salió en hombros.
Viajó a Colombia en 2005, y ya de regreso al reino de su graciosa majestad, don Juan Carlos de Borbón, se presentó en Castellón de la Plana, Zaragoza y Valladolid, y confirmó su alternativa en Las Ventas, pero sale en blanco porque falla con el acero.
Días después, el 5 de junio de 2005, en Badajoz, un toro del Conde de la Corte le pegó la peor cornada que ha sufrido en su carrera, hasta ahora, clavándole el pitón en el ano y desgarrándole los intestinos a punto, casi, de perforarle el estómago, que no le alcanzó a tocar de chiripa.
Gallo ha tenido una carrera pareja, pero no muy sobresaliente y su escasa fuerza como imán de taquilla lo obligó a aceptar que la corrida del domingo entrante sea la de su debut en la Plaza México. Ya veremos por qué y hablaremos al respecto. Y adelantaremos el cartel del primero de enero, que promete ser mucho peor.