Ofrece el Estado isleño créditos para la producción con garantías y criterios de mercado
Muy positivas
las medidas, por su impacto y desafíos, afirma el investigador Pavel Vidal en Internet
Miércoles 21 de diciembre de 2011, p. 26
La Habana, 20 de diciembre. Cuba abrió hoy las puertas del sistema bancario a decenas de miles de pequeños empresarios urbanos y rurales, a los que ofrecerá créditos para la producción, con garantías y criterios de mercado.
Un paquete legal, aprobado el mes pasado y que entró en vigor este martes, es el mayor cambio en la banca cubana desde los años 90, cuando quedaron separados el emisor central y los operadores comerciales, todos del Estado.
La nueva política es un escalón adicional para que los pequeños empresarios se alejen de la economía informal, después del primer paso que fue su legalización masiva, a partir de 2010. Según el último reporte oficial conocido, hay registrados 333 mil trabajadores por cuenta propia.
Los créditos serán en pesos cubanos (25 por un dólar al cambio comercial), entre 18 meses y cinco años, para pequeños empresarios urbanos, campesinos privados (400 mil y 3 mil 500 cooperativas agrarias) y particulares que quieran construir o reparar vivienda. Más tarde se ampliarán a las previstas cooperativas no agrícolas y para la compra de bienes personales.
Al llegar al banco los privados se enfrentarán con reglas de mercado. Tendrán que demostrar la obtención de ingresos futuros que se utilizarían para pagar el crédito, evidenciando su capacidad de pago para devolver los préstamos en los plazos acordados con la institución financiera (y) ofrecerán garantías que aseguren el cumplimiento de las obligaciones
, dijo a la prensa local el presidente del Banco Central, Ernesto Medina.
En contraste, los particulares podrán vender libremente sus productos o servicios a entidades estatales, mediante contratos que se cubrirán con instrumentos bancarios, lo cual rompe un candado que sujetaba esa relación a un mínimo.
En el sitio sobre economía cubana CubaStandard.com, el investigador Pavel Vidal valoró como muy positivas
las medidas, por su impacto y desafíos y por reflejar la aceptación real de nuevos actores
.
Los bancos podrán escoger los proyectos más rentables y se reducirán las finanzas informales, señaló el académico de la Universidad de La Habana. En cambio, sin recurrir a la experiencia del extranjero, tendrán el reto de aprender a operar el microcrédito privado.
La reforma disminuye riesgos y costos de operaciones de los privados, añadió Vidal. También ayuda a reducir la evasión fiscal y a reforzar la capacidad de acción para influir en la política monetaria.
El analista previó, sin embargo, algunos cuellos de botella por la baja capacidad de los bancos cubanos para trabajar en plataformas como servicio en línea, telebanca, tarjetas y cajeros automáticos, además de las limitaciones del entorno nacional (doble moneda y tasa de cambio, reducido mercado mayorista, restricciones a las importaciones y convertibilidad limitada, entre otras).
Los pequeños empresarios que tienen un ingreso anual mayor del equivalente a 2 mil dólares, quedan obligados a operar con una cuenta corriente.
Las garantías serán embargables y pueden constituirse con los flujos de cuentas bancarias, propias o solidarias, avales o hipotecas sobre viviendas de descanso o solares yermos. Quedan excluidos como prenda el lugar de residencia habitual, bienes básicos y la tierra de cultivo de los acreditados.
Los créditos estarán a cargo de tres bancos (Metropolitano, de Crédito y Comercio y Popular de Ahorro). El mínimo del préstamo es el equivalente a 20 dólares y no hay límite máximo. El Banco Central fijará las tasas de interés.