Wukan, China, 21 de diciembre. Las autoridades chinas decidieron este miércoles hacer concesiones ante la rebelión de los habitantes de una ciudad en el sur del país, originada por expropiaciones de tierras. El gobierno ordenó la disminución de la presencia policial y prometió liberar a tres líderes de la revuelta.

Este cambio de actitud, después de más de 10 días de bloqueo a toda la zona de Wukan, dejó al descubierto las preocupaciones del poder central por las repercusiones de este levantamiento y la necesidad de evitar un contagio a otras zonas del país. En especial porque se trata del sur, tradicional polo manufacturero que ya vivió momentos de grave tensión social en las últimas semanas.

Los 13 mil ciudadanos de Wukan, en la provincia meridional de Guangdong, consiguieron que su representante se reúna el miércoles con Zhu Mingguo, alto funcionario local del Partido Comunista.

El anuncio de esta reunión había convencido a los habitantes, que acusan de corrupción a los dirigentes comunistas locales, de cancelar una marcha.

Los resultados de la reunión fueron anunciados por el portavoz de los vecinos de Wukan, Lin Zulian. Los tres (líderes arrestados) serán liberados entre este miércoles y mañana dijo Lin, quien dijo sentirse muy satisfecho.

Esto no es la victoria, sino apenas el inicio de la victoria, añadió Lin, quien apuntó que las autoridades comunistas se comprometieron a devolver a la ciudad, en una fecha que no fue precisada, el cuerpo de un líder de la revuelta, Xue Jinbo, muerto cuando se encontraba bajo detención.

Los vecinos de Wukan acusan a la policía de haber provocado la muerte de Xue tras propinarle una golpiza. Las autoridades, sin embargo, afirmaron que el cabecilla de la revuelta, de 42 años, murió a causa de un problema cardiaco.

La población mantiene una abierta confrontación con las autoridades, a quienes exigen el pago de indemnizaciones por expropiaciones ilegales de terrenos. A pesar de la censura, el caso es seguido de cerca por centenas de microblogs en toda China.

De acuerdo con Lin, Zhu prometió que los campesinos recibirán compensaciones por las tierras confiscadas, aunque en la reunión no se discutieron detalles.

La revuelta de Wukan se convirtió en un problema sensible para el Partido Comunista en Guangdong, próspera provincia situada a las puertas de Hong Kong y considerada una especie de vitrina del impresionante crecimiento económico chino.

En esta provincia, miles de personas se habían manifestado el martes ante la grave contaminación ambiental que atribuyen a la operación de una central térmica a carbón.

Esa marcha fue reprimida por la policía, según testigos.

Autoridades citadas por la prensa oficial anunciaron la suspensión de un proyecto de expansión de esa central, pero ello no impidió nuevas protestas el miércoles. Nuevamente, la policía dispersó la multitud a golpes.

Manifestantes dijeron a Afp que un joven de 15 años y una mujer murieron en las protestas, aunque la red de televisión Oriental TV, basada en Hong Kong, mencionó seis muertos y 200 heridos. Afp no pudo confirmar las cifras de ninguna fuente independiente.