En un mensaje de Año Nuevo, el obispo auxiliar de San Cristóbal de las Casas, Enrique Díaz Díaz, llamó a enfrentar el actual clima de violencia del país con la propuesta de vida y ofrecimiento de reconciliación que significa para los cristianos el nacimiento de Jesús, en Belén.

Lamentó que la Navidad estuvo teñida de sangre no sólo por la imprudencia, las prisas y el alcohol que provocan mortales accidentes, sino la sangre derramada con premeditación, alevosía y crueldad inexplicable.

El prelado se refirió a los asesinatos ocurridos en Veracruz, Michoacán y Tamaulipas, entre otras entidades, además de que continúan las guerras falsamente justificadas, la terrible hambruna que azota gran parte del planeta, la violencia familiar y el dolor y la crucifixión de una humanidad humillada en la frontera.

Pidió reflexionar sobre lo sucedido en 2011 e iniciar el este año recordando la bendición de Dios. Y esta noticia y bendición es el mejor camino que tenemos para romper con la escalada de violencia, agregó.