Lo ocurrido con el América en el torneo pasado ya quedó en el olvido para Christian Bermúdez, uno de los refuerzos con los que el club azulcrema pretende corregir el camino de su fallida temporada anterior. Como todos los nuevos elementos en el equipo, el mediocampista habla de la exigencia que implica ser contratado como una esperanza para el torneo, el cual empieza este fin de semana, pero tiene claro que ese hecho no lo hace cargar con toda la responsabilidad. Ésa es de todo el equipo, precisa el ex jugador atlantista.

Lo que sucedió el campeonato pasado ya se borró, ahora es otra historia, otra mentalidad; sabemos la responsabilidad que nos estamos jugando.

Esa advertencia, sin embargo, no elude que el Hobbit Bermúdez esté consciente de que en estas circunstancias los refuerzos deben demostrar que sus contrataciones son justificadas.

Las expectativas se vuelven cada vez mayores en el nido, alimentadas por las declaraciones del técnico Miguel Herrera, quien hace unos días afirmó que no tiene duda de que hombre por hombre el América es el mejor equipo de la liga.

El Hobbit responde tímidamente, pero refrenda las ideas de su entrenador; dice que no quiere adelantarse a los resultados, pero sostiene que la actitud en el equipo es positiva. En lo que no tiene duda es que en el América no se pueden permitir otro fracaso como el que vivieron en la temporada pasada, en el cual terminaron en el penúltimo puesto, con sólo tres partidos ganados.

Esa sensación ambigüa de ser una esperanza para el equipo y de tener que entregar resultados, hace que los refuerzos vivan los días previos al arranque del torneo con una ansiedad muy vívida. El nuevo portero, Moisés Muñoz, confiesa que ya no puede esperar a que sea sábado para colocarse bajo los palos del arco, cuando enfrente a Gallos en la fecha uno del torneo Clausura 2012.

En el América importa cómo se gana, porque no basta ganar, sino hacerlo bien, demostrar un estilo de juego, sentenció.

Por eso Muñoz también apela a la responsabilidad de los refuerzos, porque además en él recaerá la misión de no permitir goles para que el equipo no se desbarate ante la presión del marcador.

Otro de los nuevos elementos en el equipo, José María Cárdenas, confiesa que jugar en un equipo como América lleva implícita una presión extra. Eso que llaman el peso de la camiseta. Insiste que este club tiene la exigencia de jugar bien, ganar y convencer. Nada distinto de lo que dijeron otros timoneles azulcremas en el pasado.

El último refuerzo, el venezolano Oswaldo Vizcarrondo, no quiso declarar nada este lunes. Salió de las instalaciones de Coapa sonriente y afeitado, como contagiado por el ánimo de sus nuevos compañeros.