Los obispos Felipe Arizmendi Esquivel y Mario Espinosa Contreras confiaron que en 2012 en México prevalezca el bien y la paz.

En un mensaje de Año Nuevo, Arizmendi Esquivel, obispo de San Cristóbal de la Casas, indicó que los mayores temores actuales son la violencia de los secuestros, la inhumanidad de los narcotraficantes, la injusticia de las extorsiones, la inseguridad en las calles, comercios y en los mismos hogares, la insuficiencia del salario y la falta de recursos para atender la salud. No obstante, deseó a la feligresía que lo que prevalezca sean las bienaventuranzas.

Dijo que preocupa el clima de violencia verbal por las contiendas electorales, incluso dentro de los mismos partidos y aseguró que se nota una ambición de escalar puestos, abandonando los cargos para los que fueron elegidos. Auguró que mientras más avance el proceso electoral, tememos que la lucha entre candidatos sea más feroz y despiadada.

Aparte, Espinosa Contreras, obispo de Mazatlán, en un escrito de comienzo de año, dijo tener la esperanza en que los mexicanos opten este año por hacer el bien inspirados por Jesús. “Que a lo largo de todo el 2012 nos ilumine Jesucristo, que ha venido a nuestra humanidad para ser luz de todos los pueblos. Que siempre nos inspire el ejemplo de su persona y la sabiduría de sus palabras. Toda su existencia el evangelista la resumió con la densa afirmación: ‘pasó haciendo el bien’”, lo que interpretó Espinosa como todo lo que genera la felicidad del otro, lo que facilita su desarrollo y vida, en el orden material, moral, sicológico y social.

El obispo Arizmendi Esquivel añadió que, aunque existen muchas situaciones que incomodan, también se debe reconocer que hay otras que dan esperanza.

Nos duele la violencia contra los migrantes, el abandono de muchos presos, la angustia de los ancianos, el no aprecio de la mujer y la irresponsabilidad ante los hijos nos desasosiega la pobreza de millones, la falta de trabajo y de oportunidades para una vida digna, pero remarcó que hay aspectos que dan ánimos.

Nos alienta la próxima visita del papa Benedicto XVI, quien nos viene a fortalecer en la fe y a animarnos a impulsar una nueva evangelización, que responda a los retos actuales.