Pérdida de $5 millones por paro a obras de túnel en Coatzacoalcos
Sábado 7 de enero de 2012, p. 23
Jalapa, Ver., 6 de enero. Un derrame de petróleo contaminó al menos 10 kilómetros del río Coatzacoalcos y es un desastres ecológico porque ha envenenado la flora y fauna del afluente, además de ocasionar serios perjuicios a unas mil familias que dependen de la captura de especies acuáticas, denunció la organización Greenpeace México.
La fuga de combustible obligó a detener las obras del túnel sumergido que se construye en el lecho del río Coatzacoalcos, cerca de la comunidad Allende, y las pérdidas diarias por este paro se calculan en 5 millones de pesos, dijo Víctor Hugo Garcilaso González, representante de la empresa Obras Portuarias de Coatzacoalcos.
El derrame –que comenzó el 31 de diciembre por una perforación clandestina a un ducto que conduce hidrocarburo a la estación El Polvorín, de Petróleos Mexicanos (Pemex), localizada en el ejido Estero del Pantano, municipio de Cosoleacaque– contaminó tierras de pastoreo y una de las márgenes del río. A pesar de que trabajadores de Pemex instalaron barreras para detenerla, la mancha las rebasó contaminando unos 10 kilómetros del cauce e impregnó bancos de peces, moluscos y playas.
Beatriz Olivera, coordinadora de la Campaña de Energía y Cambio Climático de Greenpeace, comentó que ello demuestra la negligencia e ineficiencia
de la empresa para responder a este tipo de desastres. Se ha demostrado la negligencia de la paraestatal, así como la opacidad en los procesos de remediación y atención a los impactos posteriores
, expuso.
Olivera señaló que los reportes de la Secretaría Municipal del Medio Ambiente de Coatzacoalcos indican que la mancha de crudo ya llegó a la bocana del río y a las playas de la comunidad Allende, la más grande de dicha ciudad, además de que impregnó la flora del afluente y envenena los cardúmenes de peces, así como bancos de mariscos y moluscos.
En un recorrido con inspectores de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente y del ayuntamiento se observó que el crudo ya pasó las barreras de contención y hay manchas en el agua, existe el temor de que se contamine el lirio y haya mortandad de peces, impactando la actividad pesquera local, indicó.
La activista calculó que hay al menos mil pescadores afectados pues el derrame de hidrocarburo obligó a interrumpir las pesca y comercialización de especies acuáticas.
Los mismos pescadores y voluntarios se organizan para rescatar aves acuáticas, especialmente pelícanos y gaviotas que han quedado impregnados de aceite, los cuales son llevados a campamentos improvisados para limpiar su plumaje.
Los desastres petroleros, como el de El Polvorín, dejan graves impactos ambientales que a su vez se transforman en problemas económicos y sociales para las comunidades afectadas que pierden sus fuentes de empleo, en este caso la pesca
, remató Olivera.