Decenas de tráileres con cientos de toneladas de basura provenientes del Distrito Federal comenzaron a depositar este martes desechos en el relleno sanitario de Tecámac, estado de México. Mientras, habitantes de tres comunidades de Cuautitlán Izcalli cercaron los accesos al relleno privado de San José Huilango, para impedir el paso de camiones cargados con basura de la capital del país.

En el vertedero de Tecámac se depositaban hasta el lunes 800 toneladas diarias de desechos, principalmente de ese municipio y de Ecatepec. Se calcula que con el ingreso de los camiones de la ciudad de México se depositen otras mil 500 toneladas al día. Sin embargo, el ayuntamiento de Tecámac informó que el cabildo no otorgó autorización para que camiones del Distrito Federal depositaran desechos en la localidad.

Desde las primeras horas de ayer, decenas de tractocamiones procedentes del Distrito Federal se apostaron a la entrada del vertedero, que es operado por la empresa Waste Co, ubicado cerca de la terminal del Mexibús. Los camiones ingresaron uno a uno para depositar la basura, y debieron esperar hasta una hora su turno.

Los encargados del vertedero se negaron a informar si contaban con los permisos para el ingreso de los contenedores de basura del Distrito Federal, y ordenaron a los custodios reforzar la vigilancia, así como retirar a toda persona ajena.

Los choferes señalaron que se les dieron instrucciones de llevar a Tecámac desechos recolectados en la capital del país.

Vecinos aseguraron que el vertedero, abierto en 2005, no cumple con los requerimientos de protección al ambiente, lo que pone en riesgo la salud de más de mil 200 familias, cuyas casas se ubican a unos diez metros de la parte posterior del relleno sanitario.

A su vez, el Gobierno del Distrito Federal solicitó a Caminos y Puentes Federales de Ingresos y Servicios Conexos (Capufe) que aplique un descuento a los tractocamiones de basura que utilizarán la garita de San Marcos Huixtoco, pues se acordó con habitantes de Ixtapaluca no utilizar la carretera federal México-Puebla para ingresar a los tiraderos privados La Cañada y de la mina El Milagro.

Rogelio López López, vicepresidente de Construcción y Operación de Tecnosilicatos de México, aseguró que si Capufe y el Banco Nacional de Obras y Servicios (Banobras) aceptan la propuesta, a partir del próximo jueves se definirá la fecha para que ingresen los llamados camiones de transferencia.

Al menos 150 tráileres del Gobierno del Distrito Federal están a la espera de utilizar los tiraderos privados; el nuevo problema es que se les cobra un pesaje de 365 pesos. Es decir, cada unidad pagaría 730 pesos por utilizar de ida y vuelta ocho kilómetros, desde San Marcos Huixtoco a la mina El Milagro.

Para reducir los costos de confinamiento de residuos sólidos, explicó el representante del relleno sanitario, las autoridades capitalinas solicitaron que sólo se cobre la tarifa por el recorrido de ocho y no cien kilómetros. De esta manera, en vez de pagar 365 pesos de ida, cada camión aportaría 29 pesos de ida y 29 de regreso.

Este nuevo problema surgió luego de que el gobierno capitalino aceptó la condición de habitantes de Ixtapaluca, quienes se opusieron a que los camiones de transferencia de basura transiten por la carretera federal México-Puebla en su tramo del bulevar Cuauhtémoc. La gente también se opuso a que los camiones usen vías primarias de las colonias Jorge Jiménez Cantú y La Cañada.

En tanto, habitantes del asentamiento irregular Los Ailes, así como de las comunidades Lomas de Guadalupe y San José Huilango, se organizaron para impedir que se lleve basura del Distrito Federal al relleno privado de Cuautitlán Izcalli.

Estamos pobres, pero no por ello vamos a vivir junto a la basura, reclamaron vecinos de Los Ailes, quienes exigieron a la empresa Tersa del Golfo cumplir con los requisitos ambientales para la operación de su relleno sanitario, al cual ingresa basura capitalina que permanece al aire libre.

Los inconformes dijeron padecer conjuntivitis y ronchas en la piel debido a que sus viviendas se ubican a menos de 100 metros de distancia del confinamiento, que genera malos olores y fauna nociva.

El relleno privado, que Tersa del Golfo opera en predios del ejido San José Huilango, comenzó a recibir mil 500 toneladas de basura al día proveniente del Distrito Federal desde el pasado 22 de diciembre.

Rosario Cruz Moya, una de las quejosas, dijo que la población no está en contra del relleno sanitario, pero el personal del vertedero resulta insuficiente para cubrir con tepetate cientos de toneladas de basura, que está fuera de control.

El apoderado legal de Tersa del Golfo, Gilberto González Mendoza, atendió a los inconformes e insistió en que la Secretaría del Medio Ambiente del gobierno mexiquense autorizó el ingreso de basura al vertedero. Agregó que la Procuraduría del Medio Ambiente del estado de México aprobó las operaciones del lugar.

De su lado, Arturo Pineda, dirigente de los recolectores de basura en Cuautitlán Izcalli, exigió a la Secretaría del Medio Ambiente estatal que revise las condiciones de operación del vertedero, porque eso no es un relleno sanitario, ya no cumple con normas de protección de suelo y el aire.