Londres, 11 de enero. El creciente malestar contra los elevados niveles de desigualdad, evidenciado por movimientos como Ocupa Wall Street o la primavera árabe, corre el riesgo de descarrilar el avance de la globalización y representa una amenaza para las economías a nivel global, indicó el Foro Económico Mundial (FEM) en su informe Riesgos globales 2012.

Las fuertes disparidades en los ingresos y las débiles finanzas públicas se ubicaron como las principales amenazas económicas que enfrenta el planeta, según el informe 2012 sobre los riesgos globales, publicado el miércoles por el foro.

El documento de 60 páginas se conoce dos semanas antes del encuentro anual que se celebra en el centro de esquí suizo de Davos-Klosters, Suiza, y pinta un cuadro sombrío frente a un mundo cada vez más incierto.

Durante las últimas cuatro décadas el encuentro de Davos, que reúne a los políticos, empresarios y economistas más influyentes del mundo, se ha vuelto sinónimo de globalización.

El creciente desempleo juvenil, los problemas que tienen los jubilados para retirarse en estados agobiados por deudas y una profunda brecha en los ingresos han sembrado las semillas de una antiutopía, señala el informe, que se basa en un sondeo entre 469 expertos y líderes industriales.

Por primera vez en generaciones, la gente ya no cree que sus hijos tendrán un mejor estándar de vida. Esta nueva sensación de malestar es especialmente aguda en los países industrializados, que históricamente han sido fuente de gran confianza e ideas audaces, agrega.

Esto necesita una atención política inmediata, de otra manera la retórica política que responde a este malestar social generará nacionalismos, proteccionismo y un retroceso del proceso de globalización, aseguró el director gerente del foro, Lee Howell.

El texto recalca que el aumento de la brecha entre ricos y pobres está alimentando el resentimiento global.

Los niveles insostenibles de deuda pública en muchos países también fueron mencionados como una amenaza importante en los dos informes previos del foro sobre los riesgos mundiales.

La naturaleza crónica de los desequilibrios fiscales hace que este asunto siga en el centro de la escena, según el foro.

La séptima edición del estudio indicó que los desajustes fiscales crónicos, así como la grave disparidad de ingresos serán los mayores riesgos que predominarán en los próximos 10 años en la economía mundial.

Lo anterior, según el informe, amenaza el crecimiento global debido a que estos riesgos son conductores de nacionalismo, populismo y proteccionismo, en un momento en el que el mundo es vulnerable a choques sistémicos financieros, así como a posibles crisis alimenticias y de agua.

El texto describe 50 riesgos globales agrupados en diversas categorías: económicos, medioambientales, sociales, geopolíticos y tecnológicos.

En cada una de las categorías se señala el riesgo sistémico más importante y además destaca los factores X, que se refieren a las preocupaciones emergentes que deben ser investigadas a profundidad. Los tres casos de riesgo y los factores X serán el foco de atención en las sesiones especiales en la próxima reunión.

El informe subraya dos tendencias: la primera se refiere a las dudas sobre la capacidad de enfrentar los riesgos derivados de las tecnologías emergentes, la interdependencia financiera y el cambio climático.

La segunda se refiere al crimen cibernético, que engloba el creciente mercado de smartphones y acceso a Internet. La primavera árabe demostró el poder que los servicios de comunicación interconectados tienen para avanzar en la libertad personal; sin embargo, la misma tecnología actuó al servicio de los disturbios en Londres, opinó Steve Wilson, director de riesgos de General Insurance en Zurich.

Desde el último encuentro en Davos, la crisis de la eurozona se ha esparcido y profundizado, empujando cambios de gobierno en Grecia e Italia. A Estados Unidos no le ha ido mucho mejor tampoco, ya que en agosto pasado la agencia Standard & Poor’s le quitó la calificación de deuda AAA debido a su delicada situación fiscal.

Con tal panorama, el foro de Davos tendrá más atención que nunca en su edición de este año por las fallas de la economía de mercado, incluyendo discusiones sobre el futuro del capitalismo, tema que era desechado de plano en los años previos a la crisis financiera.