Miércoles 18 de enero de 2012, p. 30
Lima. El segundo vicepresidente de Perú, Omar Chehade, renunció tras acusaciones de tráfico de influencia que golpearon la imagen anticorrupción del gobierno de Ollanta Humala. Pero su salida no perjudicaría el funcionamiento del Ejecutivo, puesto que sólo habría asumido las riendas del país en caso de que el presidente y la primera vicepresidenta estuviesen ausentes. Desde hace meses Humala le había pedido a Chehade que diera un paso al costado, luego del primer escándalo que enfrentó el mandatario a pocos meses de asumir en julio del 2011.