En forma inesperada, el PRI decidió ayer nominar a su candidato al Gobierno del Distrito Federal mediante elección directa, con lo cual la proclamada nominación de Beatriz Paredes será sometida a la prueba de la militancia y de los simpatizantes de este organismo político.

Esta decisión fue vista de inmediato como una muestra más de los conflictos que imperan en la estructura capitalina del tricolor, pues no se descarta la inscripción en la contienda de Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre, quien por lo demás, y al no haberse renovado aún la dirigencia ni el Consejo Político locales, mantiene una fuerte influencia en esas estructuras.

De este modo, el abierto apoyo otorgado desde hace varias semanas a Paredes Rangel por el abanderado presidencial, Enrique Peña Nieto –se analizó también en el PRI–, no fue suficiente para determinar la postulación, vía convención de delegados, de la ex dirigente nacional del tricolor al gobierno capitalino.

A diferencia de hace seis años, cuando en la búsqueda de la misma posición la tlaxcalteca quedó en tercer lugar, debajo del actual mandatario capitalino, Marcelo Ebrard, y del jefe delegacional de Miguel Hidalgo, Demetrio Sodi, ahora los priístas no tuvieron empacho en asegurar prematuramente que ella debía ser la candidata porque gracias  al llamado efecto Peña Nieto podría alzarse con la victoria.

Así lo hizo palpable la propia Confederación Nacional de Organizaciones Populares (CNOP) cuando en voz de su dirigente, Emilio Gamboa, la proclamó en diciembre como su candidata al gobierno capitalino durante una reunión multitudinaria en la que ella manifestó su interés por competir de nuevo por el Distrito Federal.

Entre tanto, sin embargo, los actos de Gutiérrez de la Torre, a quien desde su condición de líder del sector territorial y del grupo de pepenadores en la ciudad se atribuye una gran capacidad de presión y movilización, al parecer lograron modificar el método usado prácticamente en el resto de entidades donde habrá procesos locales –convención de delegados– y decidir la llamada elección directa en fecha aún por definir.

El argumento presentado por el líder nacional del PRI, Pedro Joaquín Coldwell, para optar por la votación de militantes y simpatizantes para designar al candidato al gobierno capitalino fue que ese método se utilizó en la elección correspondiente al año 2000.

Sin embargo, el método de convención de delegados sí será utilizado en el Distrito Federal para designar candidatos a delegados y diputados a la Asamblea Legislativa de esta capital.