Los culés ganaron 2-1 en la Copa del Rey; Cristiano había adelantado a los merengues
El único padre de esta derrota soy yo, dejen en paz a los jugadores, señaló el técnico Mourinho
Hemos ganado mucho, pero como seres humanos bajamos el nivel, admitió Pep Guardiola
Jueves 19 de enero de 2012, p. a13
Madrid, 18 de enero. Triunfó el toque maestro del Barcelona sobre el sistema medroso del Real Madrid. Los azulgranas remontaron y asestaron un 2-1 a los merengues, que salieron como una traducción ibérica del catenaccio italiano. Con este resultado el cuadro culé se colocó a un paso de las semifinales de la Copa del Rey.
Una victoria trabajada desde abajo, con mucho sudor, pero sobre todo con ingenio y magia, que confirma la hegemonía del equipo catalán en el futbol español, con las oportunas apariciones de Carles Puyol y Eric Abidal, quienes anotaron en la segunda parte, pero también con el genio de un artesano como Lionel Messi.
Todo esa inspiración provocó al Madrid, cuya impotencia quedó registrada en un artero pisotón de Pepe a la mano de Leo.
Los merengues se adelantaron con un gol de Cristiano Ronaldo, pero el Barça volteó el marcador con anotaciones de dos defensas, para dejar al actual campeón de copa cerca de la eliminación.
Se esperaba casi con ansiedad la alineación de Mourinho y el técnico blanco no defraudó: puso al casi inédito Altintop de lateral, a Carvalho de central –después de casi cuatro meses sin jugar– y al central Pepe en la medular.
No sólo eso, sino que sus delanteros –Cristiano, Benzema e Higuaín– olvidaron que su función es estar cerca del arco para cumplir con lo que se supone hacen bien, pero ayer estuvieron más en su campo que en el contrario. Fue el Mourinho del Inter de Milán, más italianizado que nunca, radical como pocas veces en su propuesta defensiva.
Pinto, la única variación
Barcelona no cambió nada respecto de aquel equipo que le ganó 3-1 al Real Madrid en el reciente partido jugado en el estadio Santiago Bernabeu. La única variación fue Pinto, el arquero de la copa y tuvo consecuencias.
Porque Real Madrid se adelantó al minuto 13 con un tanto en el que se conjugaron dos elementos: la calidad de Cristiano y el error de Pinto. El portugués pisó el área en un contragolpe, disparó con la zurda y el arquero azulgrana se tragó el lanzamiento.
La anotación afianzó más la propuesta de Mourinho, con Cristiano jugando más cerca de su área que de la rival. Barça, por convicción propia y por regalo ajeno, monopolizó la posesión.
Y si no igualó antes del descanso fue por tres razones: no está a nivel excelso, Messi no apareció y el equipo tampoco tuvo fortuna en el remate.
Tras el gol, Real Madrid no volvió a disparar al arco de Pinto. Ni siquiera generó una ocasión más de peligro. Sólo se preocupó por defender, si era preciso hasta situando a Cristiano o Benzema como improvisados laterales.
Y qué curioso: lo que no consiguió el Barcelona con su dominio lo logró a balón parado, un lance que suele obviar. A los 48 minutos Xavi sacó desde la esquina y Puyol se tiró en plancha para cabecear a la red. El tanto quitó ansiedad al Barcelona y desconcertó al Madrid.
Los azulgranas siguieron dominando. No con el juego eléctrico que acostumbra, pues todavía no está en su mejor nivel, pero con el suficiente para mantener el gobierno del encuentro.
Y en una jugada aparentemente intrascendente llegó el segundo tanto visitante. Ocurrió en la única aparición estelar de Messi en todo el partido, sirviendo un excelente pase a Abidal, un defensa que, como Puyol, marcó con un remate de la calidad de un delantero.
José Mourinho volvió a ser irónico para explicar lo acontecido: Soy el responsable, principalmente cuando el equipo pierde. La victoria tiene muchos padres y la derrota sólo uno, que soy yo. Lo acepto. Por eso mañana, todos a mí y dejen a los jugadores tranquilos
.
Ambiguo, como suele hacerlo, describió el gol del empate catalán. Dijo que no esperaba sufrir un tanto a balón parado. Cuando se le quiere ganar al Barça no se puede permitir un tanto con ese tipo de jugadas.
Buscábamos que el adversario se sintiera en dificultades con el resultado, pero nos comimos un gol a balón parado
dijo.
El técnico blanco aseguró que no vio las imágenes en las que se muestra a Pepe pisando intencionadamente la mano de Messi cuando éste se encontraba tumbado en el campo: Tengo que verlo. Si Pepe pisó, es censurable
.
Concluyó refiriéndose a un discurso ya utilizado antes del encuentro: La copa es el tercer objetivo, la liga es prioritaria y eso no cambia. El partido (del sábado) ante Athletic es más importante que el próximo del Barcelona
.
En su turno, el entrenador culé Josep Guardiola dijo que triunfar en el Bernabeu siempre les llena de orgullo, pero aún queda el partido de vuelta y el cuadro merengue es capaz de todo.
Siempre piensas venir aquí a ganar; algún día tal vez no lo harás, pero ahora lo importante es que haces feliz a tu gente
, señaló, aunque insistió en que nada está definido.
No me fío un pelo del Real Madrid, porque tiene argumentos suficientes para vencer
, expuso el entrenador, quien festejó su cumpleaños 41 con la victoria.
Sin embargo, no quiso pasar por alto que el cuadro azulgrana ha perdido fuelle luego de tantas competencias de alto nivel: Hemos ganado mucho y como seres humanos que somos bajamos un pelín. Tenemos que mejorar eso
.
En los ecos de este duelo quedó la escena de un Pepe pisando la mano de Messi que yacía derribado en el césped. La acción fue censurada de inmediato en distintos frentes; uno de ellos por la estrella del Manchester United, Wayne Rooney, quien escribió en la red social Twitter: Pepe ¡Vaya idiota!
, exclamó, para rematar: A veces la gente te molesta
.
Por otra parte, Athletic de Bilbao venció 2-0 al Mallorca en San Mamés.