El Manual de Camacho
Mancera, tal cual
Imposiciones de EPN
Tabasco, los Neme
al como había sido comprometido y anunciado desde el momento en que Marcelo Ebrard cedió el paso a Andrés Manuel López Obrador para buscar la Presidencia de la República, el actual jefe de Gobierno instaló ayer a su seleccionado personal como candidato de los tres partidos de izquierda a la sucesión capitalina.
Miguel Ángel Mancera, el beneficiario del esquema de encuestas que fue manejado por Manuel Camacho Solís, tiene una breve y pálida carrera política que contrasta con todos quienes antes fueron postulados por el sol azteca y sus respectivos partidos aliados en las elecciones anteriores y con quienes por designación entraron al relevo, en los casos de Cuauhtémoc Cárdenas y AMLO, cuando éstos se postularon para el máximo cargo nacional. Y evidentemente carece de cualquier credencial de izquierda, a no ser las que él mismo presumió desde la anemia ideológica en un debate
entre precandidatos; es decir, las provenientes de haber usado el Metro y los microbuses y haber estudiado en escuelas públicas.
Lo que sucedió ayer es la reconstitución del Partido del Centro Democrático, que crearon Camacho y Ebrard y que, por lo visto ahora, solamente fue dejado en estado latente mientras ellos cruzaban las zonas minadas del perredismo, el PT y lo que antes era Convergencia y ahora se hace llamar Movimiento Ciudadano. Una ciudad cuyo corazón late a la izquierda es llevada al centro, es decir, a la derecha, en un proceso que busca desplazar las expresiones duras
del perredismo y asociados para dar paso a una nueva cosmética que de inmediato ha recibido aplausos y felicitaciones de parte de segmentos usualmente alineados con las estrategias calderonistas.
Los rejuegos demoscópicos no pudieron impedir, a pesar de la contundencia de sus resultados en abstracto, que la competidora colocada en segundo lugar se inconformara con los procedimientos y se resistiera a convalidar, al menos en lo inmediato, la postulación del ex procurador general de Justicia de la ciudad de México. Alejandra Barrales no asistió a la ceremonia oficial de entrega de los Soles Aztecas chilangos y hasta la hora de cerrar esta columna no había dado a conocer su postura final. Los demás contrincantes reconocieron la victoria del delfín judicial. Martí Batres, Gerardo Fernández Noroña y Joel Ortega aceptaron el resolutivo marcelista, los dos primeros se tomaron una foto de unidad
victoriosa con MAM y todos quedaron en espera de lo que el destino les depare en materia de otras postulaciones a cargos de elección popular o responsabilidades partidistas. De inmediato se esparció en el ambiente de la izquierda electoral la oportuna consigna de Unidad a Toda Costa que de inmediato trató de reducir y condenar a la categoría de servicios al enemigo
toda crítica interna y oposición al dedazo inducido.
El licenciado Peña Nieto se despachaba sabrosamente en Tabasco mientras la atención pública mayoritaria se centraba en la nueva urbanidad izquierdista (el Manual de Camacho; el original, el de Carreño, se denomina: Manual de urbanidad y buenas maneras para uso de la juventud de ambos sexos en el cual se encuentran las principales reglas de civilidad y etiqueta que deben observarse en las diversas situaciones sociales, precedido de un breve tratado sobre los deberes morales del hombre). Contra la intención del gobernador actual, el químico Granier, que pretendía habilitar a su anterior secretario de Salud, Luis Felipe Graham, como aspirante al trono tropical, el desbordado candidato presidencial virtual y cuasi dueño del PRI, de iniciales EPN, hizo que formalmente quedara como aspirante oficial Jesús Alí de la Torre aunque, en realidad, lo que instauró el Hombre Sin Tres Libros que Mencionar fue el amago de una venganza política de los herederos del depuesto gobernador Salvador Neme Castillo, ya difunto.
Al más depurado estilo del peor priísmo, Peña Nieto ha comenzado a imponer caprichosamente a sus allegados en las candidaturas que le han sido puestas al alcance de sus ánimos. En Jalisco ya quedó Aristóteles Sandoval, impulsado abiertamente por EPN. En Chiapas pretende colocar a su amigo el senador verde Manuel Velasco Coello, como pago a los falsos ecologistas por la alianza nacional con el tricolor. Y ahora ha impuesto a Alí en nombre de los hermanos Neme Sastré que forman parte de su equipo de trabajo. Benito es el asesor jurídico de la campaña presidencial priísta y es compadre de Peña Nieto (el bautizo de Salvador Neme Giordano fue parte de la agenda de las primeras presentaciones públicas de la actriz Angélica Rivera, conocida como La Gaviota, como novia de Peña Nieto). El hermano de Benito, Salvador Neme Sastré, fue funcionario de la agencia estatal de seguridad con EPN y ahora el acotado Eruviel Ávila lo ha nombrado secretario de Seguridad Ciudadana).
El padre de los ahora influyentes peñanietistas, Salvador Neme Castillo, fue puesto por Miguel de la Madrid como gobernador de Tabasco pero solamente duró dos años en el cargo, pues durante el salinismo se le hizo renunciar a raíz de los problemas sin resolver que le causaba Roberto Madrazo dentro del PRI y, desde la oposición, el naciente lopezobradorismo. Ayer mismo, en una pequeña rebelión que habrá de verse si de inmediato es apagada mediante negociaciones de cúpula, priístas tabasqueños protestaron contra la imposición de Alí de la Torre como candidato peñanietista mediante un arreglo que cedió a Graham, el favorito del actual gobernador, la postulación a la presidencia del municipio de El Centro, que incluye a la ciudad de Villahermosa. En el caso tropical, como en el chilango, las disidencias e inconformidades internas son sometidas de inmediato al interés superior de las cúpulas partidistas, que es el de facilitar las cosas a sus candidatos presidenciales y estar en mejores condiciones de aspirar al triunfo electoral.
Y, mientras la FBI se va contra Megaupload y Anonymous contra aquélla, con el telón de fondo de las propuestas legislativas que buscan restringir libertades en Internet (como la ley SOPA, en Estados Unidos, y la ley Doring, en México), ¡hasta mañana!
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