La economía mexicana comenzó a desacelerarse en los últimos meses respecto del desempeño que tuvo hasta la primera mitad de 2011, advirtió este viernes el Banco de México (BdeM). La actividad del mercado interno, que había logrado mantener un mejor desempeño en los meses previos, empezó también a perder dinamismo, informó el organismo. Reportó un deterioro del entorno para la actividad productiva, asociado al efecto de la crisis en los países avanzados.

En un entorno de menor dinamismo y mayores riesgos externos, el banco central decidió mantener sin variación su política monetaria.

Así, la tasa de interés de referencia siguió en 4.5 por ciento anual.

Las perspectivas para la actividad económica mundial han continuado deteriorándose como resultado, principalmente, de los problemas que prevalecen en Europa, expuso este viernes al dar cuenta de la reunión de su junta de gobierno sobre política monetaria.

La falta de acuerdos para solucionar las dificultades de la deuda contratada por los gobiernos de dicha región y la vulnerabilidad de gran parte de las instituciones financieras europeas han conducido a un proceso de reducción de los préstamos de los bancos, lo que ha impactado negativamente la actividad económica, añadió.

En cuanto a la economía de Estados Unidos, motor de la mexicana, el banco central consideró que siguen los problemas estructurales y la incertidumbre derivada de la falta de acuerdos políticos para la reducción de su déficit fiscal.

Mientras, en las economías emergentes también se ha registrado una reducción de su tasa de crecimiento. La desaceleración de la actividad económica mundial, en combinación con mejores condiciones de abastecimiento en el caso de algunas materias primas, ha dado lugar a disminuciones en los precios de éstas en los últimos meses, si bien se ha generado alguna incertidumbre sobre el impacto de los conflictos en Medio Oriente sobre el precio del petróleo.

Respecto de la situación de la economía mexicana, el BdeM aseguró que la actividad productiva continuó expandiéndose, aunque a ritmo menor, durante el último trimestre de 2011. Si bien ello se debe en gran medida al menor dinamismo de la demanda externa, también se aprecia una desaceleración en algunos componentes de la demanda interna, apuntó.

En el último reporte de política monetaria de 2011, el banco central ya consideraba el debilitamiento de la actividad externa de la economía mexicana, aunque mencionaba que el mercado interno mantenía mayor dinamismo.

“La brecha del producto –diferencia entre la actividad potencial y la actividad real– se ha venido cerrando a una velocidad menor a la prevista. Además, diversos indicadores de los mercados laboral y crediticio, así como del sector externo, siguen mostrando holgura”, consideró